jueves, 23 de febrero de 2017

Temporada 51: comienzo exigente


Transcurridas ya cinco jornadas y superada la mitad de la primera vuelta, es momento de comentar la trayectoria del equipo:

En prinicipio afrontábamos la temporada entre la euforia del gran final y la decepción por los errores de la pasada temporada, que nos dejaron en segunda posición.
Una temporada más el reto es el título y si se puede el ascenso. Los resultados pasados indican que el equipo tiene potencial para intentarlo.

Comenzamos fuertes ante Racing Palma, un clásico del grupo, con victoria holgada y alternando éxitos y fracasos en Copa pero sin emplearnos de lleno en ella. El objetivo es otro.

En la segunda jornada en la visita a Zascatronic, equipo del que uno nunca se puede fiar y con más talento del que a veces refleja la clasificación, a pesar de la cautela y el esfuerzo sólo conseguimos sacar un empate, que visto lo visto y siendo fuera de casa no es mal resultado. Es un punto sumado. Pero el dominio del equipo merecía más.

A continuación victoria frente a Barrayar por la mínima donde de nuevo se nos penalizó tremendamente en las ocasiones de gol. A pesar de que lo importante es sumar otros 3 puntos es cierto que el equipo hizo méritos para mucho más.

Y a continuación entramos en la fase difícil de la liga contra los dos rivales a batir en la lucha por el título.

Primero Athletic, a los que ya nos enfrentamos la pasada temporada, en su casa, feudo casi inexpugnable. Las fuerzas del mediocampo estaban muy igualadas y el factor campo nos podría pasar factura. Pero el Coach Marsá tiró de sabiduria y de libro de recetas y sorprendió con una alineación revolucionaria y apostando por el contraataque. Y el sistema funcionó de maravilla de manera que el equipo mediada la segunda parte había dado la vuelta al marcador y afrontaba el final apostando por conservar el resultado. Por desgracia una entrada asesisna por detrás del criminal Shalev Malul, al que el árbitro perdonó la roja,  sobre el bueno de Horacio Parra Ruiz, trastocó los planes e impidió los cambios defensivos que había previsto el genial entrenador. Al final la suerte, una vez más, nos fue esquiva en forma de empate injusto. De nuevo nos quedamos con 1 punto en su feudo y 2 que les quitamos.

El segundo escollo era el líder Tronchatibias, equipo nuevo en el grupo pero experimentado en estas divisiones y varias veces campeón. Equipo dificil y fuerte en todas sus líneas que apenas deja resquicios.
De nuevo el Míster sacó la tabla mágica y pergeñó una gran táctica para sacar lo mejor de cada línea y cada jugador, dando el mando y la confianza a los nuevos tres mosqueteros: Parra Ruiz, Aneiros y Pinilla que afrontaron el reto con una consistencia y madurez inesperada. El contrario anotó primero a pesar de su extremada debilidad ofensiva y en cambio nuestro equipo no recibió las ocasiones que merecía, ni se reconoció su potencia ofensiva, y las pocas ocasiones se diluyeron. A pesar de todo, la fe del equipo le llevó a empatar mediada la segunda parte. A partir de ese momento el míster sacó de la chistera un órdago a la mayor en forma de refuerzo ofensivo con la salida del tercer ariete, el ratoncito Bernabeu, para aumentar la capacidad anotadora sacrificando parte de la solidez defensiva que con siertos ajustes debería seguir siendo suficiente.
No obstante de nuevo el infortunio, esta vez en forma de problema informático por la lesión, no permitió actualizar las órdenes y la defensa del equipo quedó demasiado expuesta en la zona central. Y al final el contrario, en una racha increíble de aciertos anotó el 1-2 definitivo. Resultado ciertamente injusto viendo la enorme superioridad de la delantera de nuestro equipo y en cambio la debilidad de la del rival frente a nuestra buena defensa. En fin, son los insondables designios de este Hattrick...

Lo cierto es que tras mucho trabajo el equipo se encuentra ahora en un inmerecido cuarto lugar. Se nos ha penalizado en exceso, sobre todo en casa, la capacidad realizadora de nuesra delantera mientras a los rivales les ha resultado extrañamente fácil anotar a pesar de la calidad defensiva del equipo.

La parte buena es que el equipo se enfrenta en estas dos últimas jornadas a los rivales más débiles del grupo con todas las posibilidades de victoria. Y además a continuación empieza de nuevo la segunda vuelta contra los mismos débiles contrarios y recibiéndolos en el Coliseum, mientras los rivales al título tienen que enfrentarse entre ellos y con equipos más implicados en la lucha.

El objetivo es entrar en esta fase de 4 partidos dispuestos a recomponerse, hacer lo deberes y puntuar al máximo y sacar renta para, a la vuelta del bucle, salir como líderes a enfrentarnos a los rivales directos y entonces ganar lo que nos quitaron. El equipo depende de sí mismo y la perspectiva, aunque haya oscurecido ligeramente, sigue siendo ilusionante.

A la vuelta de 4 jornadas, llegará el momento de la verdad...