viernes, 29 de junio de 2018

T56: llegando al final...


Tras el partido pasado por agua en el Coliseum en que el equipo encarrilaba la segunda vuelta con victoria por 3-0 ante Hazard Team, Avelino Tedejo Pasar, el Responsable de la puerta principal del Coliseum, se tomó un rato y se sentó en el graderío, ya totalmente vacío, para repasar lo ocurrido, pensar en la trayectoria del Equipo y disfrutar de ese momento mágico a solas con el monstruo silencioso.


Tras unos minutos en que saboreó el húmedo y refrescante aire de la noche, sacó del bolsillo de su pechera su libreta de cubiertas de tela moleskine y tras retirar la gruesa goma que lo ceñía, como tenía por costumbre anotó la situación del Equipo y las expectativas para los siguientes encuentros, en lo que sus conocidos llamaban “ El Estado de la Cuestión”:


Jornada 9ª
19 puntos
faltan 5 partidos:
- @Cartavio. A rascar 1 punto
- @Baragua 3 puntos
- Concor: a por 3 puntos
- @Ourense: 3 puntos
- Verema: muy difícil...


Dos semanas después, tras los dos partidos fuera visitando primero a Cartavio y después a Baragua, el Equipo había regresado con una derrota y una victoria.
En la víspera del enfrentamiento a Área Concor, un clásico del Grupo, tras dejar todo listo, de nuevo disfrutando de unos minutos a solas con el impresionante escenario, se sentó sobre la grada y anotó en su libreta:


Jornada 10:
@Cartavio. A rascar 1 punto: No pudo ser... apretamos y nos pusimos delante dos veces... aguantamos mientras pudimos.
 
Jornada 11:
@Baragua 3 puntos: Conseguidos por incomparecencia. Todo suma.

Tras la Jornada 11: 23 puntos. Segundos empatados y a un punto del líder. Mira que empatar los dos primeros... nos lo han puesto a huevo!.
Faltan 3 partidos:
- Concor: a por 3 puntos: La primera final !!!
- @Ourense: 3 puntos: A por todas.
- Verema: Matar o morir, seguramente...


domingo, 10 de junio de 2018

T56. Sexta victoria contra viento y marea.



El agua que resbalaba por su pelo y caía por su frente, lo obligaba a mantener los ojos guiñados. La lluvia formaba una especie de cortina que anulaba los colores y cubría todo de un tono grisáceo. Respiraba un aire fresco y húmedo que le llenaba los pulmones. Le encantaba jugar en días como este. Siempre le había gustado.

Y no sólo porque con el campo embarrado su corpulencia fuera una ventaja para pelear por el sitio junto al balón y arrastrarlo lejos de la maraña de piernas que lo rodeaban, sino porque obligaba a anticiparse a cada bote resbaladizo, a meter el pie con cuidado muy por debajo para levantarlo, a ir siempre un paso por delante.

Cada vez que llegaba al campo en días como estos, no podía evitar esperar encontrarse el olor húmedo a serrín y madera de aquellos pasillos y aulas del Colegio de la Reverendas Madres Clarisas que servían de improvisados vestuarios cuando empezaba a jugar en aquel incipiente DaniFalkis. 
 
¡Qué suerte tuvieron!.
La creación del equipo juvenil por el italiano Mazzola y la posterior llegada al puesto de entrenador del goleador Gierada, propiciaron el trabajo con los delanteros más jóvenes que dio una primera hornada, espectacular, con los Zubiaurre, Zuleta y finalmente Carlos Ríos, “el canterano del millón y medio de euros” como le había llamado la prensa en el momento de su traspaso récord. 
 
Después llegaría él y Bernabeu y después Molins. Sus compañeros. Sus amigos. Y la tripleta que había marcado una época protegidos y dirgidos por el segundo entrenador delantero, el mito Jonás Marsá. 
 
Pero no olvidaba que todo había empezado, hace muchas temporadas, con Antonio López. El primer goleador del equipo en aquel campo sencillo que luego se convertiría en el impecable Coliseum que ahora disfrutaban.

¡Raúl!”, gritó anticipándose a todos cuando el balón cayó de las nubes después de uno de esos pases fantásticos de Majidi en un córner. Hoy con el italiano Ostengo en el banquillo, la responsabilidad de luchar esos balones aéreos le tocaba a él.

Era un partido complicado. Venían de empezar la segunda vuelta con derrota y el exigente público que llenaba el Coliseum se merecía, y más con la que estaba cayendo, una victoria y devolver al Equipo a la primera posición del grupo. Pero el Míster había sacado su varita en el vestuario y se lo había dejado muy claro en la charla antes de saltar al campo.

Hoy más que nunca tenemos que basar nuestro juego en dominar le balón. Lo tenemos que tener siempre. Nos servirá como ataque, creando ocasiones, y como defensa, evitando que las tengan ellos. Si no tienen ocasiones, su delantera por muy fuerte que sea no podrá marcarnos. Y nosotros tendremos ocasiones. Y fallaremos muchas porque su defensa y su portero son fuertes, pero al final llegará el gol. Paciencia.”

Y como siempre había acertado. Al menos en la primera parte. Habían creado muchas ocasiones: un penalty a Majidi que se merendó el árbitro belga nada más sacar de centro, un tiro al larguero del mismo Majidi con esa fina puntería que tenía, una jugada de inteligencia en el área como sólo el Capitán Molins era capaz... Pero el gol todavía no había llegado. Eso sí, el contrario sólo había creado una jugada y el balón se fue lejos de la portería.

En esta segunda parte el Ratoncito lo intentaba, sin suerte. Pero no se rendía. Haberse convertido en el máximo goleador histórico del equipo no era producto de la casualidad. Seguía tirando esos demarques y ofreciéndose en el área, volviendo locos a los defensas y abriendo ocasiones a sus compañeros. Su fama le precedía. Y sabía jugar muy bien con ello.
Producto de una de esas jugadas, le cedió el balón a media altura entre los desconcertados defensas que intentaban tapar el tiro y Raul enganchó una de esas voleas que tan bien se le daban para clavar el 1-0.

Luego vino el penalty, esta vez sí pitado, que Ilkil Majidi, como siempre, clavó al lado contrario del portero. 2-0.

Y otra falta de Majidi que el portero sacó con la punta de los dedos de la misma escuadra. Sí que era bueno el guardameta, como les había advertido el Míster. Sobre todo al lado derecho.

Y alguna ocasión más. No obstante aunque el 2-0 parecía encarrilar el resultado, la defensa estaba muy cansada apesar del refuerzo de Engler que había salido por el Capitán hacía unos minutos y cualquier ataque podría darles el gol a los contrarios y meterlos en el partido de nuevo.

Quedaban apenas diez minutos y el Míster les recordaba, empapado desde la banda, que no arriesgaran, que tocaran con facilidad y que siguieran luchando cada jugada.

El balón se quedó clavado en el blando y húmedo césped. Vio venir al defensa y supo lo que tenía que hacer. Metió el cuerpo y aguantó la embestida. Luego se giró apoyando su espalda en el contrario que se quedó bloqueado. Un segundo defensor intentó meter la pierna, pero con un suave toque movió el balón lo justo para pasársela por debajo. Fintó a un lado y con el exterior salió hacia el contrario con el balón pegado, dejando a un tercer rival sentado en el suelo, al menos anímicamente. Estaba en la frontal y sabía que ya era suyo. El portero salió intentando tapar todos los huecos, pero Gomila se encontraba en su salsa: un suave toque envolviéndolo por la derecha mandó el balón con cierto efecto para que botara resbalando apenas unos centímetros fuera del alcance del guardameta. El esférico se estrelló contra la esquina interior de la red cayendo mansamente al inundado suelo. 
 
Hay que tirar al palo de atrás”, solía decir Antonio López, hoy Secretario General del Club, cuando se pasaba por el entrenamiento de los chavales. 
Ahí siempre es gol”.

¡Qué razón tenía!.



NOTA: Con estos dos goles Gomila, el jugador activo que más temporadas lleva en el primer equipo, alcanza los 11 goles en esta y con los 7 en Liga se coloca líder en solitario del Trofeo Pichichi del Grupo.

domingo, 3 de junio de 2018

T56. 2ª Vuelta. Primer partido... primera derrota: ¿Siempre igual?


¡¿Creéis que me parezco al meteorólogo Phil Connors?!”, espetó el Presidente en la Sala de Prensa.
Los periodistas se miraron unos a otros sin comprender.

A ver, primer partido de la segunda vuelta, tras la racha triunfal, llegamos a este campo que era difícil y el Míster saca la magia y encuentra el camino a la victoria, con el golazo en córner de la pareja Ostengo-Majidi que es lo que bordan. Ahí parecía que estaba todo encarrilado, ¿no?, porque a pesar de su defensa y de su ataque habíamos robado el balón y dominábamos lo justo para que no nos hicieran ocasiones. Bueno, ¡pues no!...” dijo con ostentosos movimientos de sus orondos brazos.

Y de golpe, ¡pum!, primero cae Ostengo y luego se lesiona Parra. ¡En cinco minutos!. Justo para que perdamos el dominio del balón y la posibilidad de goles a balón parado... y el árbitro ni expulsa a nadie, ni nada...”.
Los periodistas disparaban flashes y acercaban micrófonos. ¡Hacía tiempo que el Propietario no daba un espectáculos de los suyos!.

Aguantamos hasta la mitad de la segunda parte y justo cuando empezamos a agotar a sus medios y recuperamos el balón... ¡¡¡¡¿¿¿¿ llega su empate ???!!!!. ¡¡¡ Vamos ya !!!”.
Los reporteros contuvieron el aliento ante lo que parecía la espantada definitiva.
Nos rehacemos y claro, como hemos tenido que gastar los cambios no podemos amarrar el resultado con la estrategia, de nuevo genial, de Marsá. Así que al final un churro de jugada y a falta de 10 minutos se encuentran con el 2-1... y nosotros y sin refuerzos para poder remontar... ¡Manda narices!”.
Los conserjes fueron retirando jarrones y otros elementos frágiles de las cercanías.
 
Así que después de una vuelta calcadita a la de la temporada anterior, empezamos como siempre, con una derrota que no debía ser la segunda vuelta y además con la plaga de lesiones habitual, para perder el primer puesto y complicarnos el resto de temporada... Si es que esto parece un dejabú de esos que decís los cursis...”.
Entre los asistentes se oía mencionar algo sobre una marmota.

¡ A ver si por lo menos, al final, acabo ligándome a Rita!...”


Hansjoachim Neufuss: el disciplinado alemán.

 
Neufuss fue el único refuerzo que llegó al equipo en la temporada 50, la tercera de Marsá como entrenador el solitario, en Vi división. Fue un refuerzo puntual en la defensa entre las épicas de los Lupashko y Belankov, ya consolidados, y la posterior llegada de los Engler, Chaturvedi y el portero Hajiabadi, y venía a poner un parche en esa línea en un equipo que, por entonces, estaba en constante refuerzo en el mediocampo y cuyas miras tras el ascenso desde VII y dos segundos puestos consecutivos en VI apuntaban hacia lo que dos temporadas después fue el salto a V. Por entonces el Equipo basaba todo su potencial en el dominio del balón y el ataque, pero ya se entreveía que para aspirar a los futuros compromisos era imprescindible reforzar la portería y la defensa.
 
El precio de su fichaje en los 587.000 es, seguramente, el importe más alto por un defensa a excepción de los especialistas Kosinski o Van-der Lijn.
 
El jugador alemán tenía una notable experiencia y se convirtió de inmediato en el referente de la zaga. 
Destacaba por ser un defensor con gran anticipación, lo que completaba con su habilidad para tocar el balón en las salidas y hasta para estar entre los lanzadores a balón parado. Esta habilidad le llevó a conseguir un hattrick, con dos penalties, en la temporada 51 y a anotar el gol 1400 del Equipo en Liga.
 
Tipo agradable en el vestuario y sobre todo muy correcto en el campo, fue ejemplo para muchos chavales de la cantera, en lo que el bueno de Odilón Eza, el entrenador de DaniFalkis llama “el modelo Falkis”. Su seriedad y compromiso con los entrenamientos le ha permitido ser, hasta una edad muy avanzada, una pieza importante en el Equipo y con una única lesión a lo largo de estas 16 temporadas.

A pesar de la insistencia del Club para incorporarle al staff técnico, el jugador ha preferido retirarse a Fürstenfeldbruck cerca del aeródromo donde poder seguir practicando con sus avionetas monoplazas, su auténtica pasión heredada de su abuelo materno, conocido como el “aviador fantasma”, auténtica estrella de la IIGM, y cuyo nombre le puso Mamá Marseille...