La
segunda vuelta empezaba con dos salidas muy complicadas, frente a los
últimos rivales de la primera vuelta.
Con
los datos de aquellos partidos en el Coliseum el entrenador Marsá,
siempre tan estudioso, preparó estos en la búsqueda por cada punto
que al final de temporada será vital para definir la clasificación
del equipo.
Primero
visitábamos a Baragua, en esos momentos equipo en las primeras
posiciones. Equipo muy difícil, con un gran medio campo y una ataque
incontestable. Por ello Marsá sacó un 5-2-3, formación que está
siendo el socorro del equipo esta temporada. Para ello incluyó en el
equipo a Gasau, ese polifacético chico-para-todo fiel el club y al
joven Canamases que desde que subiera del juvenil ha trabajado duro
para estar siempre disponible. Su habilidad en los pases les hacía
los complementos ideales para el contra ataque al que se encomendó
el entrenador. La táctica era sencilla: aguantar en defensa todo lo
posible y buscar a los tres delanteros y su poder de anotación.
En el
minuto 2, ante la sorpresa general y a pesar de la superioridad de
Engler en su banda, el equipo de casa marcaba en la primera ocasión.
No
obstante el buen trabajo defensivo traía varios contra ataques que
daban al Ratoncito Bernabeu la oportunidad de empatar. De
nuevo incomprensiblemente el jugador más en forma del equipo y con
el dominio amplio del ataque por el centro, no conseguía
materializarlos.
Tuvo
que ser el capitán Molins quien en un nuevo contra ataque en el 26'
marcara el 1-1.
En la
segunda parte el equipo aguantaba como podía peo en el 76' Baragua
se ponía 2-1 arriba.
Casi
al filo del final del partido y merced a la fe en sus posibilidades,
el equipo conseguía sorprender y daba a Gomila la ocasión del
empate. El veterano delantero hizo gala de su calidad y no falló.
Finalmente
un empate, un punto más en la clasificación, y sobre todo la
sensación de que el equipo se desenvuelve bien adaptándose a esta
nueva función defensiva.
***
Una
semana más tarde se repetía salida esta vez ante Tenecai, casi
directo rival en la lucha por la salvación. Tenecai de nuevo
apostaba por su dominio abrumador del medio campo y su poderosa
delantera, sobre todo en le centro.
Marsá,
sacando ese genio que tiene para leer al rival y mover los peones
necesarios, recurría de nuevo a la 5-2-3. Esta vez incluía al
flamante nuevo fichaje Iklil Majidi, un veterano jugador holandés de
origen marroquí, gran defensa y con una habilidad titánica en el
balón parado. Concentraba el peo defensivo en el centro y apostaba
por Parra Ruiz y un rejuvenecido Bonté, para apoyar al ataque de los
tres delanteros. Apuesta arriesgada pero contundente.
El
planteamiento hacía albergar muchas esperanzas: el equipo dominaba
la defensa sobradamente y el ataque.
Como
consecuencia nada más iniciarse el partido, en la primera ocasión
en que el rival se acercaba al área de Falkis, paraba el ataque y
lanzaba al contra ataque a Engler. Inexplicablemente no se conseguía
el gol.
En el
minuto 17, en una nueva contra, Bernabeu anotaba fácilmente el 0-1.
El
equipo de casa seguía dominando el mediocampo ampliamente y
generando jugadas que se diluían ante la solidez defensiva de
Falkis. En el 36' de forma inexplicable por la fortaleza defensiva de
Falkis por encima del 60%, empataba en una jugada por el centro.
Ya en
la segunda parte en el minuto 55 de nuevo en una jugada por el
centro, el punto precisamente más fuerte de la defensa de Falkis, el
rival anotaba un sorprendente e inmerecido 2 a 1.
A
partir de aquí el rival retrasaba a sus delanteros para dominar más
el balón. Sorprendentemente a pesar de que sus ataques eran
rechazados una y otra vez por la defensa de Falkis no se conseguía
rematar los contra ataques.
En el
minuto 58 el Molins, auténtico baluarte del equipo, se lesionaba
dejando su puesto al joven canterano Florez cuyo espíritu y ganas no
eran suficientes para compensar la pérdida de poder ataque con la
baja del capitán.
No
obstante en esos últimos 30 minutos restantes el equipo siguió
dominando ampliamente la defensa y el ataque. Por desgracia las
ocasiones, sorprendentemente de nuevo, no llegaban y finalmente se
hacía definitivo el marcador de 2-1.
Inmerecida
derrota, seguramente en el mejor de los partidos planteados al contra
ataque. ¿Injusto?, sí, seguro, pero como ya advirtió el Mister
Marsá, “en esta V es muy difícil sumar puntos...”.
***
El
tercer partido de la segunda vuelta deparaba la visita del Líder,
Los Kumbris. Un equipo potente como todos los del grupo,
especialmente en le mediocampo y en la delantera.
Durante
la semana llegaban dos malas, malísimas noticias, con la lesión de
Miguel Aneiros y de Gangneux. No obstante el buen estado de forma
del rejuvenecido Bonté, quizás el jugador más valioso en estos
momentos, junto a la magnífica progresión de Cuéllar, ese
canterano que armado de paciencia se ha sacrificado por el equipo
asumiendo diversos roles y cediendo el protagonismo a la APP, hasta
que por fin su nivel le sitúa ya ocmo el cuarto mejor centro
campista en estos momentos, aseguraban el poder de la media, pero sí
dejaban al equipo sin apenas reacción en caso de lesión u otro
contratiempo.
Marsá,
valiente como siempre, apostaba por ir a por el partido a base de
media: 3-5-2. apuesta difícil basada como siempre en dominar el
balón y confiar en Bernabeu y Gomila y en su racha goleadora. La
superioridad, inalcanzable, del ataque por las bandas del rival, sólo
dejaba esta osada opción. En la defensa Majidi sustituía
Chaturvedi, asumiendo la responsabilidad a balón parado en la que
tanto ha destacado pero que todavía no ha podido demostrar en
Falkis.
El
partido se iniciaba con muchas esperanzas: mediocampo cercano al 56%
y ataque central en el 58% suficiente para rematar la faena. El
riesgo las bandas rivales con superioridad por encima del 65%.
Sorprendentemente
las primeras ocasiones claras por el centro se escapan. En cambio el
primer ataque del rival ponía un injusto 0-1 en el marcador gracias
a una jugada por la banda izquierda.
Engler,
actuando como capitán, se revolvía ante la evidente superioridad
del jugador al que marcaba y a base de pundonor nos devolvía el
empate nada más sacar de centro.
Una
infortunada lesión en uno de los medios del rival hacía que nuestro
nivel de mediocampo subiera un par de puntos, suficiente para forzar
la máquina y tratar de ir a por más ocasiones para la fuerte
delantera.
No
obstante y como a veces pasa el árbitro, Sam Rahman Abu-Malik, en el
minuto 42 cobraba protagonismo al expulsar a Bonté por responder a
una acción de un contrario. No sólo demasiado estricto, si no
injusto por “no ver” la evidente y punible provocación...
Resultado
el equipo perdía la iniciativa en el medio campo.
El
partido estaba sentenciado y no se había finalizado la primera
parte.
Un
minuto más tarde el rival, liberado por este error arbitral de sus
ataduras, anotaba el 1-2.
A
pesar de todo Marsá consiguió en el descanso reconducir a los
jugadores y hacerles creer en sus posibilidades para la segunda
parte. Producto de ello, de nuevo el capitán Engler, en el 67'
conseguía el empate. Cuando hay que tomar responsabilidades, el
brazalete de Falkis es un talismán, sin duda.
En el
76', al filo del límite para decidir si el equipo mantenía el
resultado o apostaba por ir a por el partido, el rival de nuevo por
la potente banda izquierda marcaba el 2-3. Nada que reprochar la
superioridad era evidente.
No
quedando ya más opciones Marsá decidía apostar por ir al ataque
con que se pudiera y retiraba a Neufus y sacaba a un todavía tocado
Molins, que como todos sabemos suple con el corazón cualquier otra
carencia.
Era
jugárselo al todo o nada.
Se
sucedieron algunas ocasiones a balón parado que inexplicable y
sorprendentemente no se cobraban.
Y como
al perro flaco todo se le vuelven pulgas, en una jugada aislada ya en
el 84', al filo del final, el rival conseguía el 2-4 definitivo.
Demasiada
diferencia para lo que debería haber sido. La semana se cerraba en
negativo cuando el equipo había hecho todo lo posible para superar
la mala suerte de las lesiones y los errores arbitrales además de
algunas sorprendentes e inexplicables situaciones, a base de valentía
y determinación.
Nada
que reprochar. Seguir trabajando y a por los puntos, de momento 4 ya,
que nos separan de la promoción.