La
primera plantilla del equipo actual se remonta a la temporada 16.
Estaba formada por un grupo de jugadores con habilidades limitadas y
poca especialización, pero que formaban una piña y que suplían sus
carencias con amor al club y al juego y sobre todo mucho corazón,
amistad y camaradería. Los veteranos cuidaban de los jóvenes y
estos aprendían con respeto de sus mayores.
Todos
“productos nacionales”, como se estilaba en la época, a pesar de
algún exótico toque como Pierre Sánchez, hijo de emigrantes
andaluces que buscaron fortuna en la Francia de los años 50-60, o
Muhammad Ibn-Shafig, un recio mediovolante ofensivo nacido en el
mismísimo El Aaiún y cuya ascendencia legionera le dotaba de un
valor inigualable.
El
alma de aquel equipo era Enrique del Valle. Un veterano delantero
centro que ejercía también las funciones de entrenador, cuando el
equipo cambió de dueño, y que en realidad era el líder del
conjunto. Curtido en mil batallas y experto veterano que había
pasado en su carrera por todas las categorías del juego, unía a su
carisma una inteligencia y visión que le permitían sacar lo mejor
de cada jugador. Además el hecho de haber salido de la cantera le
daba un conocimiento del club muy importante a la hora de dirigir al
equipo. Desgraciadamente la bisoñez del nuevo dueño, amante de los
titulares de prensa y de los fuegos artificiales, no le permitió
valorar en su justa medida a semejante jugador y entrenador y lo sustituyó rápidamente por el polaco Leszek Lemanski, un enamorado del
juego defensivo, que en principio venía con grandes expectativas,
pero que se encontraba ya en el declive de su carrera.
En
este primer equipo ya se descubrían algunas personalidades que
acabarían siendo mitos del club: los hermanos Arra, forjados en el
club y que han alcanzado cotas muy importantes en su historia, como
la del guardameta Jose Ramón, activo todavía y que en estos
momentos ya es el jugador que más partidos a disputado con el equipo
a punto de cumplir los 200; el gran capitán Enrique Blanco, autor
del primer gol del club y que tras una carrera marcada por su
capacidad goleadora y habilidad lateral, penalizadas por los
aleatorios cambios en el motor del juego, cerró su retiro dorado con
un gran fichaje (ver nota de prensa del 26/03/2008); el muy
habilidoso Miguel Basets, que se convertiría en uno de los primeros
grandes traspasos del equipo y que junto al veterano Amadeu Lluch
formaban las llamadas “barras catalanas” por su
entusiasmo y moral espumante y contagiosa; o el veterano Nemesio
Milleiro, el gallego que tantos éxitos dio al medio campo.
También
algunos jugadores en plenitud que más tarde serían esenciales en el
club: Alberto Melero y Luis Sirgo, conocidos como “las flechas”
que hicieron del juego por las bandas todo un arte o el mítico
goleador Antonio López, el madrileño que habiendo crecido en el
club, sobrevivió a grandes jóvenes fichajes y cuya personalidad le
dio sabiduría y fuerza para sobreponerse a todo y alcanzar una larga
y provechosa carrera hasta llegar a ser el más grande goleador en el
momento de su retirada. (ver notas 15/09/2006, 10/11/2006,
25/03/2007, 13/01/2008, 17/02/2009, 13 y 22/03/2009 y finalmente
14/05/2009).
Junto
a ellos había en la plantilla algunos jóvenes que pusieron su
granito de arena pero que no tuvieron opción, bien por sus
limitaciones o la poca visión del entrenador o bien por el
desembarco de los grandes fichajes. Entre ellos Gonzalo Lagar, con su
impresionante habilidad a balón parado, Bustamante, un potente
lateral primo lejano del famoso cantante y con el que compartía la
afición por el cemento o Ricard Morenilla, con raíces en las etnias
gitanas de medio Europa.
Finalmente
hubo jugadores que siempre estarán en el corazón de los buenos
aficionados como Miguel Ángel Matilla, un defensa mediocre pero con
un guante en el pie a balón parado y autor del primer hattrick del
equipo en la liga; u Oscar Martín, un limitado jugador que dio el
primer gol en copa al equipo; o el primer juvenil ascendido del
equipo y que además fue el portero titular en el primer encuentro
Eloy Cerro…
La
primera alineación del club fue: Cerro - Arra, Lluch, Milleiro,
Sirgo - Melero, Lagar, Basets, Blanco - Ibn-Shafiq, López.
Aquel
equipo se enfrentó a una situación difícil para el club cuyos
pocos recursos y balbuceante comienzo en la liga nacional les
obligaba a que apoyarse como una piña, a compartir autobús y cama
en los albergues y a entrenar en campos sembrados. Pero a pesar de
ello consiguieron dignos resultados y sobre todo fueron el germen de
un gran equipo…