lunes, 17 de junio de 2019

T59. 1ª parte: Caer y saber levantarse...

 
El sábado amaneció lleno de expectación en la ciudad.
 
Las rutinas habituales en el quiosco de la plaza, en la panadería, la salida de la Misa de 12, resultaron extrañamente rápidas y calladas.
 
El bar de la Plaza reunió a una inusualmente baja asistencia a la hora del vermú. Y los tertualianos que acudieron a la tradición anterior al partido, apenas intercambiaron unas cuantas opiniones y comentarios. Ni siquiera hubo disparidad de criterios.
 
Parecía que todo el mundo estaba dejando pasar el tiempo concentrando sus deseos hasta el pitido inicial.
 
El Equipo había viajado a la capital aragonesa al difícil feudo del Deportivo, el líder, para disputar el último partido de Liga. A un sólo punto, el título asomaba detrás del muro del equipo local.

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En la primera vuelta, en el partido inicial de la temporada, los aragoneses habían sacado un empate del Coliseum, que supuso la primera sorpresa para el Club que se las prometía muy felices en su regreso a VI.
 
Después, las derrotas consecutivas frente a Stevemasters a domicilio y Racing de Tarraco en casa, devolvieron al Equipo a la cruda realidad y lo sumieron con un mísero punto en tres partidos, en la penúltima posición. ¡Puestos de descenso directo!.
 
Las alarmas se dispararon y aparecieron los detractores, los agoreros y las urgencias.
 
El Míster trató de calmar los ánimos y apeló a la paciencia y a la fe en el trabajo y el plan trazado... pero su cabeza olía a pólvora.



Los siguientes tres partidos, contra los rivales más fáciles del grupo, sirvieron para reordenar el equipo y ajustar todos los puestos. La llegada del mexicano Navarro para reforzar una defensa que castigada por la edad que empezaba a perder fuelle y el duro trabajo con los delanteros, parecieron surtir efecto y el Equipo consiguió tres victorias consecutivas con marcadores muy holgados: 17 goles en tres partidos.

Por primera vez en mucho tiempo, aquellas sequías goleadoras que nos habían expulsado de V, parecían desvanecerse.
 
En el último de estos partidos llegó la noticia triste de la temporada: Alejandro César, el veterano baluarte de la defensa convertido en símbolo del Equipo, caía gravemente lesionado. Su carrera estaba acabada.
 
El entrenador Marsá se reunió de inmediato con el Propietario para hacerle ver la importancia de reforzar la plantilla y consiguió los fichajes de dos defensas veteranos pero de calidad, como el barsileno Jacó Penha y el polaco Olek.
 
Ambos debutarían en el ultimo partido de la primera vuelta frente a Revolta, entonces líder, en el Coliseum en un encuentro que olía a examen de reválida, a última oportunidad, a solicitud de purgatorio.


 
El Equipo jugó el mejor partido de la temporada, con un gran esfuerzo en todas las líneas. 

No obstante fue el rival quien se adelantó en el minuto de la primera parte en una de las escasísimas ocasiones que tuvo. Por contra las ocasiones de los locales eran muchas pero sin resultado.
 
Marsá realizó un cambio al inicio de la segunda parte dando entrada al Ratoncito en la delantera y a Immerzeel en la defensa sustituyendo a unos agotados Ostengo y Majidi que lo habían dado todo.
 
Y la paciencia dio sus frutos cuando el máximo goleador del Club se hizo con un despeje para internarse hasta la misma red con el balón. ¡Marca de la casa!. 1-1 en el 52'.
 
El Equipo siguió fiel a su estilo y 15 minutos después, era el joven canterano Parfenie quien 
culminaba una magnífica jugada y anotaba el 2-1.
 
La otra estrella de la Cantera, Oscar Jarés, tuvo en sus botas la ocasión de asegurar el partido tras un estratosférico pase de más de 40 metros del genial Jacó Penha, pero no acertó.
 
Y como suele pasar en la siguiente jugada, el rival consiguió el empate en la tercra ocasión de todo el partido. La alegría había dirado 5 minutos y de nuevo el terror se cernía sobre los aficionados y el propio Club.
 
Marsá intentó mantener los ánimos y la fe en la victoria, pero los jugadores no eran capaces de sobre ponerse: lo hacían todo, pero no salía nada.
 
Pero el destino, esta vez, no se ensañó con el Equipo y en el minuto 80, una confusa jugada de Parra, el MVP de la temporada, dentro del área acabó con el habilidoso jugador en el suelo. Tras unas décimas de incertidumbre el pitido del árbitro señaló el penalty salvador.
Navarro, en ausencia de Majidi, demostró su valía y anotó el 3-2 definitvo.


Un gran partido con un resulto demasiado justo, pero que devolvía al Equipo a su condición y permitía seguir creyendo, no sólo en la salvación directa, sino quien sabe si en algo más. El Equipo acababa en 5ª posición.