El
Propietario recibió a la prensa en la antesala del Palco del
Coliseum.
Nada
más subir del vestuario.
Al
acabar el encuentro contra Robus.
Este
sábado.
“Bueno,
podemos sacar pecho de esta nueva victoria y van cuatro ya en esta
primera vuelta que aún no ha acabado.”
Miró
desafiante.
“A
estos, que la temporada pasada nos ganaron 0-1 en casa y 4-0 en la
suya...”
Resopló.
Lleno de orgullo. Levantó las cejas. Enormes. Pobladas.
“Y
podría haber sido más abultada si no es por ese arbitrucho. ¿Cómo
era?. ¿Jairo, qué?. ¿Molano?. Pues no mola, no. Menudo penalti se
ha sacado de la manga. Pero, ¿qué se puede esperar de un tipo que
ha sido un mediocre centrocampista que salió de Colombia para pasar
por Francia y acabar su carrera en Luxemburgo. Menudo nivel se puede
esperar de un campeonato tan exigente...”.
Hinchando
su enorme corpulencia. Con los brazos en jarras.
“En
una jugada que ni siquiera era una ocasión les ha dado el gol. ¡Su
único ataque en los 90 minutos!.”
Mirando
hacia abajo. Meneando la cabeza. Sentándose en el sillón.
“Y
eso en el minuto 28. Así que a seguir trabajando sobre el buen
planteamiento del genio Marsá. Una ocasión después de otra y nada.
¡Y mira que les ha dicho que atacaran por el centro!. Pues, ¡toma!:
cinco por banda izquierda y sólo una por el centro hasta el minuto
70... ¿Será el motor de juego?”
Una
ceja arriba. Otra abajo. El pulgar al cielo.
“¡Y
ahí sacó el mago la varita!. Metió a Molins por Jagoda,
cambiando dominio, ahora que los tenía cansados, para machacar con
el rodillo de la delantera. Del 3-5-2 al 3-4-3. ¡Qué variedad!. ¿Y
ese capitán que tenemos?. ¡Qué responsabilidad!. Ni cuatro minutos
ha tardado en desbordar por la derecha, por donde nadie había
conseguido entrar, para meterse hasta lo cocina. ¡Qué jugada!. ¡Qué
golazo!. ¡El empate a uno!.”
Y
niega con la cabeza. De nuevo. Y mira con los ojos saltones. Casi
fuera de las órbitas.
“Y
otra vez va ese tipo... ¡Molano!. Y se traga el penalti a Ostengo,
arrollado en el área cuando ya tenía el gol. Y encima el tío mira
a su linier para pasarle el marrón...y el danés va y se hace el
sueco. Sudaba como una esponja el tal Pier Malling. Tenía más miedo
que vergüenza. Bueno de esa tenía poca. Total que se tragan el
penalti.”
Un
sorbo. De agua. ¿Cómo agua?. ¡¿Y mi whisky?!.
“Pero
quien siembra vientos, recoge tempestades. Y Piero es muy vengativo
así que cuando Majidi ha mirado al área desde el córner unos
minutos después, seguro que ha visto esa mirada de tifossi-napolitano
pidiéndole un centro bien alto, al que sólo podía llegar él. ¡Y
qué cabezazo para marcar el 2-1!. Y al pasar junto al árbitro qué
golpe sin querer con el hombro, jajajajaja. Pues, ¿no ha hecho por sacarle
tarjeta el bobo ese?. Menos mal que Molins se ha metido en medio
para abrazarle como si no se diera cuenta.”
Estiró
las piernas. Abrió los brazos. Y, de nuevo, la bocaza.
“A
partir de ahí les ha caído el diluvio de fuego de las películas de
volcanes. ¿Y esa falta de Majidi rozando el larguero?.
En
fin, nos valen los puntos que nos ponen terceros empatados con el
primero y el segundo; y en puesto 1201 del histórico Español, ¡nuestra mejor
clasificación!. Ya son 13 puntos de los 18 disputados y no se ha acabado la
primera vuelta, que lo haremos la semana que viene en casa ante el
colista, así que súmale otros 3 para llegar al ecuador. A este paso
estamos cerca de los 28 al final, ¡salvados directos!, y eso nos
puede dar el segundo puesto. Y por un poco más... ¡¡¡hasta el
título!!!”.
Y
echando la cabeza hacia atrás, exhaló.
Y se
quedó tan pancho.
Y tan
ancho...