Tras
el esfuerzo en el último partido de liga frente al difícil Racing
de Palma, con la brillante victoria por 1-4 que dejó al equipo a las mismas puertas del ascenso directo por apenas unos goles, el
Míster Marsá consiguió mantener al equipo concentrado en el
difícil partido de promoción.
Un
rival realmente difícil, con una defensa como nunca había encontrado
enfrente el equipo y con un contraataque muy fuerte en las bandas y que
además jugaba en casa, no parecía el hueso ideal para intentar la proeza.
La
controversia y las opiniones a lo largo de la semana hacían muy
difícil poder centrarse en el equipo ideal y las críticas estaban a
flor de piel.
No
obstante el Míster tras un profundo análisis y el estudio de todas
las alternativas -control, defensa, etc- acabó por apostar por lo
que es el santo y seña, el ADN, de este equipo: Mediocampo y
Ataque.
“Los
campeones son los que ganan los partidos” había dicho a lo
largo de la temporada.
Y como
dijera el mago holandés, “para ganar un partido sólo tienes
que marcar un gol más que tu rival”.
El día del partido se preveía lluvioso y por ello Marsá confió en la potencia de los Gomila, Pinilla, Neufus... No obstante y fiel a su carácter y su genialidad decidió apostar por el certero Danielsson a pesar de su menor capacidad física en estos terrenos, frente al brillante Woon Shun. Cada oportunidad de balón parado podía ser la clave para el éxito. Y sabedor de la determinación y personalidad del sueco, que ya ha demostrado en tantos partidos definitivos, puso en él todas las esperanzas. Y además el internacional de Singapur, Woon Shun, podía ser en un momento dado un as en la manga.
Por
otro lado apostar descaradamente por una delantera de 3 incluyendo
junto al descarado Ratoncito Bernabeu y al jugador quizás más
brillante actualmente de la plantilla, el infalible Gomila, al capitán Molins que
apura la temporada con las últimas gotas de combustible en la
reserva, parecía una estrategia arriesgada. Pero Marsá, como antes
Gierada, que conoce bien lo que es el ser el artillero y capitán del
equipo, confió en la importancia del liderazgo del 29 del equipo,
sin duda prometedor heredero de estos grandes capitanes, arietes y a
la postre entrenadores.
Finalmente
apostó por una 2-5-3, esa táctica arriesgada pero espectacular que
ha conseguido elevar al Olimpo de Falkis, por encima de críticas y
recelos, a base de resultados. Confiando en retaguardia en el
espectacular Hajiabadi, al que el final de temporada le llega en un
momento de plenitud producto de su perfecta adaptación al equipo,
resguardado por el trabajador central Neufus, ligeramente orientado
a la derecha banda vacía, y el solvente Engler, que arrastra al equipo cuando
hace falta, como lateral izquierdo . Una labor difícil y trabajosa para estos tres baluartes.
Y po último el mediocampo de lujo habitual con los tres mosqueteros
canteranos -Aneiros, Parra Ruiz y Pinilla- escoltados por el elegante
francés Gangneux y el fiable Danielsson.
Y con
este equipo de “Woon Shunes y Pinillas”, como se ha dado
en llamar a esta mezcla de galácticos fichajes veteranos y
brillantes canteranos, saltó al campo a perseguir el sueño jamás
soñado: el ascenso a V. El camino que nos enseñara el maestro
Angel_ito.
Pero
no eran once jugadores solos ante la batalla. En las gradas “Los
Dragones”, ya bien metidos en el tercer milenio -es decir más de
2,200- y miles de aficionados, habían acompañado al equipo. Entre
ellos los ocurrentes e incansables Ratoncitos, especial club
de fans del carsimático Bernabeu, incluidas las famosas Minnies
Cheerleaders.
Y
junto al banquillo el talismán del entrenador Marsá en esta segunda
vuelta de esta crucial e histórica temporada, su adolescente hija
Chispita, una especie de Sheryl Yoast, de los
Titanes, en clave Hattrick.
Hasta
los genios necesitan algo de suerte.
Por fin, el
balón echó a rodar y pronto se observó que el rival había sido
fiel a su estrategia del 4-4-2, sacrificando el centro de la media
por los extremos y la fuerte defensa, incluso en las innecesarias
bandas. Los primeros compases apuntaban al dominio de Falkis en el
mediocampo sobre el 60% pero quizás algo menor a lo esperado y a su
determinación de atacar por el centro donde su sobrenatural
habilidad es ya reconocida.
La buena noticia era que la lucha en esta parte del campo era para el rival pero por sólo un 5%.
La mala era que los laterales del área de Falkis eran ampliamente para New Team.
La buena noticia era que la lucha en esta parte del campo era para el rival pero por sólo un 5%.
La mala era que los laterales del área de Falkis eran ampliamente para New Team.
¿Se
habría equivocado el Míster?. ¿Había sido demasiado osado y
ambicioso?.
A
pesar del dominio los minutos transcurrían sin ocasiones y el balón
bien jugado en el medio no llegaba a los tres delanteros.
En el
minuto 15, el primer ataque de New Team por la banda derecha era
rematado a placer en el segundo palo por un jugador sin marcaje. Lo
peor empezaba a pasar. Los ojos críticos miraban al banquillo
preparados para denunciar la falta de defensa. 1-0.
Marsá
apretaba el gesto, pero transmitía tranquilidad al equipo. Fe en la
estrategia y en el concepto del juego. Paciencia, su palabra
talismán.
El
mediocampo volvió a tomar la posesión del balón y a moverlo con
facilidad y poco a poco fue haciendo patente su dominio.
Pero las ocasiones seguían sin llegar.
Pero las ocasiones seguían sin llegar.
No
obstante, la pesadilla estaba acechando y en el minuto 29 un rápido
contraataque por la banda izquierda apenas protegida, ponía al rival
en disposición de rematar ante el solitario Hajiabadi que hizo una
estirada impensable... pero no fue suficiente.
Felizmente el balón se estrelló estruendosamente en el poste y salió fuera.
Felizmente el balón se estrelló estruendosamente en el poste y salió fuera.
La
única ilusión era que se tratara de la suerte de los campeones, pero
el equipo necesitaba remontar cuanto antes. El rival se crecía
empujado por su afición. Dragones y Ratones parecían
petrificados. Las cosas no pintaban nada bien.
Los
tres mosqueteros de Falkis sacaron todo su repertorio y
consiguieron volver a hilar jugadas.
Hasta que por fín, el siempre fiable Gomila, desplegando su calidad de 9 estrellas y media, cortaba por el centro de la zaga rival para encarar al guardameta y batirle con un colocado tiro cruzado. 1-1, era el minuto 34.
Hasta que por fín, el siempre fiable Gomila, desplegando su calidad de 9 estrellas y media, cortaba por el centro de la zaga rival para encarar al guardameta y batirle con un colocado tiro cruzado. 1-1, era el minuto 34.
Con el
equipo revivido y las gradas alentándole, apenas cuatro minutos
después el Gran Capitán Molins tiró de galones y sabiduría
para robar un balón a la defensa rival y anotar fácilmente el 1-2.
El
descanso paró la reacción del equipo y permitió coger algo de
fuelle para una segunda parte que se presentía épica e histórica.
Dos equipos en busca de la V.
Entre
tanto la duda sobre si la lista de los tiradores de penalty -para el
hipotético caso de un empate final- había llegado al colegiado, se
convirtió en la noticia con que se trataba de desestabilizar al equipo.
Marsá
consiguió centrar a sus jugadores de nuevo en el partido, para jugar como sabían y evitar
cualquier problema.
La
segunda parte se inició con dominio de Falkis pero sin apenas
ocasiones. Aguantar el resultado tampoco parecía mala táctica.
“Si
un equipo no tienen el balón, no puede marcar un gol”, de
nuevo la sabiduría del genial 14 holandés parecía la biblia
a seguir.
En el
minuto 60' el rival, con apenas media hora por delante para remontar,
se veía obligado a realizar el primer cambio y algún ajuste en el
centro de la defensa y cambiaba a un 3-4-3 reforzando aún más su
delantera con la esperanza de convertir nuevos contraataques.
Pero
apenas un par de minutos después, la acertada delantera de Falkis
aprovechaba la situación para sacar partido de la soledad del único
defensa central y con una bonita pared dejaba sólo a Molins ante el
portero. Y de nuevo, el Pichichi de esta temporada, hacía honor a su
capacidad y ponía el tranquilizador 1-3 en el luminoso. Era el
minuto 62.
“Molins,
aun en baja forma, es mucho Molins y ante la delantera de Falkis
mejor no hacer experimentos”, comentó el experto de Falkis TV, Masblinis al ex jugador Torpe Valdado.
De
inmediato y con dos goles de ventaja, Marsá sacó la chistera y
reajustó al equipo: Parra dejaba la media punta y se sumaba a la
labor del centro del campo y así podía retirar a Gangneux para dar
entrada en el lateral derecho al insuperable Chaturvedi. Así el
equipo sin apenas perder mediocampo reforzaba la defensa con un
sorprendente 3-4-3. Una jugada genial del genial entrenador, como nos tiene acostumbrados.
Como
consecuencia apenas un par de minutos después, en el 64, Gomila
volvía a entrar solo por el cetro regateando con su demostrada
habilidad a cuantos le salían al paso y tras sortear al guardameta
afrontaba la portería vacía. Pero el mal estado del terreno le hacía
resbalar perdiéndose la ocasión de rematar el partido.
Un
minuto después el capitán contrario, fruto del tremendo esfuerzo, tenía que
retirarse lesionado seriamente en la rodilla. Dado que su posicion
era en el lateral derecho el cambio apenas influyó en el estado del
partido.
En el
minuto 75, con sólo 15 minutos restantes, de nuevo el rival
reajustaba sus líneas apostando por reforzar el mediocampo en
detrimento de la defensa, pasando a un valiente 2-5-3 a la desesperada.
Pero
en el minuto 77, Sven Danielsson el veterano y confiable mediocentro
hoy sacrificado como extremo de apoyo, sacaba fuerzas de flaqueza en
un terreno totalmente adverso y callaba muchas críticas con una
escapada por la banda para lanzar un acertado disparo desde el borde
del área que entró en la escuadra contraria como una exhalación.
Era el 1-4.
Era el 1-4.
Su
inmediato gesto al entrenador en el banquillo, era un bonito
agradecimiento y reconocimiento de la sabiduría y del acierto del
Míster al darle la confianza como titular en un partido tan crucial.
De
inmediato Marsá ordenó el último reajuste otorgándole al capitán
Marsá el bonito homenaje de toda una afición aclamándole con su
reconocimiento, al ceder su brazalete a Neufus y su puesto al
galáctico Woon Shun An que se incorporaba al extremo derecho para
permitir que Danielsson, el versátil, pasar a la parte izquierda del
centro de la defensa para ayudar a un agotado Engler en aquella
banda.
Era una nueva y sorprendente 4-4-2 para asegurar los últimos 13 minutos de partido.
Era una nueva y sorprendente 4-4-2 para asegurar los últimos 13 minutos de partido.
De
este partido tan importante.
Los minutos finales fueron un control total de Falkis entre un clamor
ensordecedor de la afición consciente del inmenso logro.
El
pitido final del árbitro desató la euforia y disparó las
emociones:
Aficionados
veteranos y noveles llorando juntos; el cuerpo técnico echo una
piña; el Míster abrazado a su mentor Gierada y al capitán Molins
-¡qué tendrán estos arietes de Falkis que aunan calidad, acierto y
liderazgo-; reservas y titulares festejando con los jugadores
vestidos de calle en la grada; los chicos de DaniFalkis mirando
con cara de asombro y unos enormes ojos a sus abuelos preguntándose
si era verdad, que ya eramos equipo de V...
Y
todos y cada uno de los trabajadores y personal del equipo en el
estadio en vivo, en el Coliseum a través de las pantallas gigantes, en el
autobús con la radio, en las cocinas con los móviles o en las
oficinas con las tablets y ordenadores, sabiendo que en pocas horas
la fiesta sería el final de una gran temporada y el principio de
todo un futuro...
En
medio de todo ello, por un segundo el Propietario, en un momento de
lucidez instantánea nada habitual, tuvo un ligero recuerdo para
todos los supporters y amigos que lo fueron y todos aquellos
jugadores, entrenadores, patrocinadores, etc. que han pasado por el
Club y que han puesto su granito de arena en este logro inimaginable.
Algo
habría que hacer al respecto...