jueves, 4 de octubre de 2018

T57. Jornada 9: In extremis, pero vale...


Con el Equipo instalado en la 7 posición y tras una derrota fuera y un empate in extremis en casa en los dos partidos disputados de la segunda vuelta, muchos dan la temporada por perdida.


El Equipo no consigue reaccionar. Tras derrotar al último clasificado en el Coliseum con una esperanzadora goleada (5-1), el partido de vuelta a la semana siguiente se convirtió en una de las goleadas más crueles de los últimos tiempos: 6-1. A pesar del dominio del mediocampo, de una por fin contundente defensa y de una delantera con algo de dominio, el guionista de HT ofreció al rival juna jornada de acierto casi pleno: 6 goles de 7 ocasiones.
 

El partido en casa contra Hazard obligaba a sacar fuerzas de flaqueza y a agotar las posibilidades para retomar el vuelo: 3-5-2 de nuevo con dominio del mediocampo, defensa ajustada y opciones en las bandas para sorprender, parecían el último truco en busca de la ansiada victoria. La lesión de Majidi en el 9' ensombreció el panorama. 
Pero el Ratoncito primero (minuto 12) y el Capitán Molins en el 24' despegaban, por fín al Equipo y ponían un franco 2-0.
 
Con el partido encarrilado en 2-1 y mediada la segunda parte, el Mister Marsá decidió reforzar la defensa ya de por sí agotada, para salvar el resultado pasando primero al 4-4-2 y definitivamente al 5-3-2. De nuevo el destino se rió en su cara y propició dos goles del rival en apenas 3 minutos  a falta de apenas 12 minutos, 2-3.
 
Pero Marsá, limitado toda la temporada por el agotamiento del Equipo y humillado por el infortunio, sacó la varita y con un arriesgado pero certero cambio reforzó el ataque con una valiente 4-3-3. 
Y por una vez funcionó para que Aneiros sorprendiera con una gran jugada y marcara el empate a falta de 10 minutos.
 
Luchando hasta el final el Equipo consiguió evitar una nueva derrota, rascando de lo imposible un empate que sabe a victoria. 
 
 Ya los puntos dan igual, pero el espíritu y la lucha son lo único que nos puede diferenciar de la sombra que proyectamos”, declaró el Capitán Molins en la puerta del vestuario.


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