viernes, 19 de marzo de 2010

Los primeros tiempos: Aquí unos amigos.


La primera plantilla del equipo actual se remonta a la temporada 16. Estaba formada por un grupo de jugadores con habilidades limitadas y poca especialización, pero que formaban una piña y que suplían sus carencias con amor al club y al juego y sobre todo mucho corazón, amistad y camaradería. Los veteranos cuidaban de los jóvenes y estos aprendían con respeto de sus mayores.

Todos “productos nacionales”, como se estilaba en la época, a pesar de algún exótico toque como Pierre Sánchez, hijo de emigrantes andaluces que buscaron fortuna en la Francia de los años 50-60, o Muhammad Ibn-Shafig, un recio mediovolante ofensivo nacido en el mismísimo El Aaiún y cuya ascendencia legionera le dotaba de un valor inigualable.

El alma de aquel equipo era Enrique del Valle. Un veterano delantero centro que ejercía también las funciones de entrenador, cuando el equipo cambió de dueño, y que en realidad era el líder del conjunto. Curtido en mil batallas y experto veterano que había pasado en su carrera por todas las categorías del juego, unía a su carisma una inteligencia y visión que le permitían sacar lo mejor de cada jugador. Además el hecho de haber salido de la cantera le daba un conocimiento del club muy importante a la hora de dirigir al equipo. Desgraciadamente la bisoñez del nuevo dueño, amante de los titulares de prensa y de los fuegos artificiales, no le permitió valorar en su justa medida a semejante jugador y entrenador y lo sustituyó rápidamente por el polaco Leszek Lemanski, un enamorado del juego defensivo, que en principio venía con grandes expectativas, pero que se encontraba ya en el declive de su carrera.

En este primer equipo ya se descubrían algunas personalidades que acabarían siendo mitos del club: los hermanos Arra, forjados en el club y que han alcanzado cotas muy importantes en su historia, como la del guardameta Jose Ramón, activo todavía y que en estos momentos ya es el jugador que más partidos a disputado con el equipo a punto de cumplir los 200; el gran capitán Enrique Blanco, autor del primer gol del club y que tras una carrera marcada por su capacidad goleadora y habilidad lateral, penalizadas por los aleatorios cambios en el motor del juego, cerró su retiro dorado con un gran fichaje (ver nota de prensa del 26/03/2008); el muy habilidoso Miguel Basets, que se convertiría en uno de los primeros grandes traspasos del equipo y que junto al veterano Amadeu Lluch formaban las llamadas “barras catalanas” por su entusiasmo y moral espumante y contagiosa; o el veterano Nemesio Milleiro, el gallego que tantos éxitos dio al medio campo.

También algunos jugadores en plenitud que más tarde serían esenciales en el club: Alberto Melero y Luis Sirgo, conocidos como “las flechas” que hicieron del juego por las bandas todo un arte o el mítico goleador Antonio López, el madrileño que habiendo crecido en el club, sobrevivió a grandes jóvenes fichajes y cuya personalidad le dio sabiduría y fuerza para sobreponerse a todo y alcanzar una larga y provechosa carrera hasta llegar a ser el más grande goleador en el momento de su retirada. (ver notas 15/09/2006, 10/11/2006, 25/03/2007, 13/01/2008, 17/02/2009, 13 y 22/03/2009 y finalmente 14/05/2009).

Junto a ellos había en la plantilla algunos jóvenes que pusieron su granito de arena pero que no tuvieron opción, bien por sus limitaciones o la poca visión del entrenador o bien por el desembarco de los grandes fichajes. Entre ellos Gonzalo Lagar, con su impresionante habilidad a balón parado, Bustamante, un potente lateral primo lejano del famoso cantante y con el que compartía la afición por el cemento o Ricard Morenilla, con raíces en las etnias gitanas de medio Europa.

Finalmente hubo jugadores que siempre estarán en el corazón de los buenos aficionados como Miguel Ángel Matilla, un defensa mediocre pero con un guante en el pie a balón parado y autor del primer hattrick del equipo en la liga; u Oscar Martín, un limitado jugador que dio el primer gol en copa al equipo; o el primer juvenil ascendido del equipo y que además fue el portero titular en el primer encuentro Eloy Cerro…

La primera alineación del club fue: Cerro - Arra, Lluch, Milleiro, Sirgo - Melero, Lagar, Basets, Blanco - Ibn-Shafiq, López.

Aquel equipo se enfrentó a una situación difícil para el club cuyos pocos recursos y balbuceante comienzo en la liga nacional les obligaba a que apoyarse como una piña, a compartir autobús y cama en los albergues y a entrenar en campos sembrados. Pero a pesar de ello consiguieron dignos resultados y sobre todo fueron el germen de un gran equipo…



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