viernes, 12 de marzo de 2010

Los orígenes: ¿Dedóndevenimos?, ¿adóndevamos?, ¿quiénessomos?


Verdaderamente se conocen pocos datos fiables sobre los orígenes del Club.
Se tiene constancia de que el actual propietario se hice cargo del mismo en el inicio de la Temporada 16, el 27 de diciembre de 2005 (fecha terrenal). Desde entonces, poco más o menos, se conoce el deambular del equipo gracias a los documentos escritos.
De la “prehistoria” solo se conocen rumores y habladurías varias de distintas fuentes y distintos puntos de vista.
De hecho, la razón de la falta de datos se achaca por unos a un extraño y desafortunado incendio en la sede del club en la navidad de 2005. Por otros a un simple acto de rapiña y piratería para vender el papel y el cartón de los libros y carpetas al peso…

Por un lado, en la página oficial de Hattrick se dice que el origen del equipo fue un tal C.D. Numancia, que si bien militó en las divisiones más altas, VI, V y hasta obtuvo un ascenso a IV y grandes actuaciones en Copa, a partir de la temporada 12 empezó a decaer hasta desaparecer con el descenso a X.
Quizás el origen a su vez fue un equipo aficionado denominado Celta Castilla y León.
En cualquier caso estos datos por provenir de las fuentes suecas de los inventores del juego y gestores, suenan más a pedigree confeccionado ad-hoc y “políticamente correcto” que a realidad histórica. Si bien hay que reconocer que cierto espíritu de resistencia ibérica, perseverancia celta y orgullo numantino están presentes en el club actual… entre los seguidores y socios, principalmente...

La historia más extendida es la que cuenta que el origen del club estuvo en un equipo de barrio vinculado al colegio de las Acogedoras Madres Clarisas de la Buena Fe, conocidas en la ciudad por su ayuda y apoyo a los necesitados y más desfavorecidos y en cuyo establecimiento se educaron la mayoría de los niños de las familias obreras y con escasos recursos.
Los encuentros y entrenamientos se disputaban en el campo del “Hogar de la Caridad”.
Todo ello confirió al equipo un carácter y una personalidad tanto dentro de la cancha como fuera de ella, hacia y con los rivales y resto de la sociedad, que incluso hoy es difícil de evitar y desarraigar y que ha marcado la trayectoria del club incluso hasta nuestros días…

Se dice que las Buenas Madres, cegadas por su amor al prójimo e imbuidas por su misión divina y salvadora, dedicaban todos sus esfuerzos y recursos a su noble labor con los pequeños y ancianos del barrio y lo hacían sin mirar más allá del día siguiente, ni desconfiar de la maldad humana, lo que fue aprovechado por alguno de sus proveedores y allegados para desposeerlas de sus bienes y fondos.

Así, se cuenta que cierto oscuro personaje, el orondo y mundano sacristán para unos y el malencarado y pendenciero propietario de la vaquería para otros; una infortunada noche de frío y nieve, transgredió las verjas de la institución que conocía bien para robar los títulos de propiedad del convento y las huertas adyacentes.
La negra leyenda dice que en su perversión y perdición, dicho personaje llevó consigo dentro de los muros colegiales a una mujer de mala vida y varias botellas de alcohol áspero y barato y al amparo del calor del fuego y resguardados por las sólidas y sordas piedras vivieron una orgía de gozo y placer impuro a la encubridora luz de las velas.
Pudo ser que alguna de las hermanas, celosa de sus obligaciones religiosas, se levantase a media noche para sus oraciones y pudo asustar a la lasciva pareja y hacerla huir de manera atropellada y desordenada a través de los papeles y velas del archivo dónde se ocultaban. Era la madrugada del día de Navidad de 2005.
Entre las gentes de mal vivir y de costumbres poco dignas se sabe que aquella noche, en cierto barracón escondido entre las construcciones portuarias se desarrolló una legendaria timba de cartas en la que varios personajes del barrio vieron su ruina a manos de un extraño venido de lejos, cuyos refinados ropajes y gustos contrastaban con sus burdas maneras y toscos ademanes de los lugareños contrincantes, quien les arrebató todo su dinero, sus propiedades y sus negocios. De entre estos personajes, al despuntar el día siguiente, se descubrieron dos cuerpos inertes yaciendo en las orillas de la desembocadura y pendiendo de una soga en el cobertizo de la herrería respectivamente. Eran el sacristán y el vaquero.
Unos días más tarde una gran empresa comenzó la construcción de una gran centro comercial y estadio en el solar aún humeante que una vez fuera el hogar de las religiosas, quienes se vieron obligadas a partir hacia la Casa Madre de su orden para, una vez que habían perdido todo, seguir su noble labor. Entre ellas se dice que viajaba una mujer, joven y bella, con el arrepentimiento marcado en la cara y que acababa de incorporarse a la congregación dejando atrás quién sabe qué sórdida vida…

Lo cierto es que el día 27 de diciembre de aquel año, en las dependencias virtuales de Hattrick, (“ese famoso juego”), fue inscrito por un nuevo propietario un nuevo equipo bajo el nombre de Falkis… pero eso, como decía el camarero de “Irma la dulce”: “…es otra historia…”.

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