El
bueno de Pawel llegó al equipo desde su Polonia natal ya comenzada
la temporada 26, (ver nota de prensa Mayo 2009), que a la larga sería
una de las más brillantes del club en VI siendo entrenador Dario
Mazzola.
Fue uno de los jóvenes fichados para ir construyendo una
defensa digna de la categoría en que militaba el equipo. En realidad
el artífice del fichaje no fue tanto el entrenador transalpino, como
el delantero estrella en aquella plantilla, Maciej Gierada, quien ya
apuntaba maneras para convertirse en el sustituto en el banquillo y
era utilizado a menudo como ojeador por sus dotes para descubrir
perlas en bruto. En concreto en este caso, ambos jugadores polacos
eran originarios de la provincia de Mazowieckie y dieron sus primeros
pasos futbolísticos en el equipo infantil de la Państwowa
Wyższa Szkoła Zawodowa.
Este
espigado jugador pronto destacó por su rápido aprendizaje y con la
llegada al banquillo de su compatriota Gierada se convirtió en un
fijo de la alineación titular hasta alcanzar las 5 estrellas y
media, puntuación superior a la de los actuales titulares, e incluso
colarse en el equipo de la semana t 28 (ver nota de prensa de octubre
de 2009). El apoyo del míster y su cercanía personal se plasmó en
su declaración en su página web de presentación en Hattrick en
forma de agradecimiento explícito: “Babá
Maciej mi trajo desde la Polska madre"
.
Durante
muchas temporadas formó una tripleta mágica con los Bodale y
Guardia en la retaguardia de un equipo que gracias a su seguridad
pudo comenzar a basar su juego en un mediocampo arrollador.
A
pesar de no ser un gran rematador, (puesto treinta y tantos en la
historia anotadora del equipo con 21 goles), tiene una curiosa
anécdota como goleador, ya que en uno de los últimos partidos de
liga de la temporada 27 anotó su único hattrick. Siendo, finlamente, esos 3 solitarios
goles suficientes para empatar en el Pichichi del equipo esa tempoarada junto al entonces jugador Gierada y el gran valor portugués Hernani
Mendes, (un brillante centrocampista que dio el salto a la liga Rumana
por casi 700.000 euros).
Recibió
numerosas ofertas para marchar a otros clubes más prestigiosos, pero
nunca se decidió a abandonar el club donde se encontraba como en su
casa. Su fidelidad, al igual que la de sus compañeros de defensa
inspiró a muchos a los jóvenes que fueron llegando al club.
Su
titularidad comenzó a decaer en la temporada 44 cuando el dúo de
entrenadores, su mentor Gierada junto al joven Marsá, apostaron por
una defensa fuerte, con habilidades de mediocampo y gran habilidad a
balón parado para adoptar un definitivo 2-5-3. Jugó su último
partido oficial mediada la temporada 45, en mayo de 2015, la misma semana de su retirada, habiendo
sobrepasado con creces la cifra de los 200 partidos con el club.
El
polaco ese del nombre raro, como le denominaba el propietario
(ver nota mayo 2009), siempre se caracterizó por su sobriedad tanto
en el campo como en el vestuario y su efectividad en el trabajo. Por
lo que se ganó el respeto y reconocimiento de muchos de sus
compañeros.
Entre
los aficionados si bien nunca fue un ídolo general, sí que fue
objeto de culto por la facción más impasible de los Dragones del
Fondo Norte. Los que están al finalde la grada,
junto al Muro... por
donde llega el invierno...
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