Cuando
el interfono sonó en la sala de Prensa de Falkis hubo un repentino
sobresalto, pero nadie movió un dedo.
Los
unos miraron a los otros y los veteranos dieron la espalda a los
noveles.
El
Presidente acababa de volver de sus vacaciones en su último
refugio de un aislado islote entre Tristan da Cunha y Diego Alvares y
sin duda reclamaría su dosis de información sobre los partidos
disputados en las últimas semanas: segunda y tercera ronda de copa y
segunda jornada de Liga, en un ritual de inquisitiva crueldad que
acabaría, indefectiblemente, con el sacrificio periodístico del portador.
Agarrados
a sus asientos, con los dedos blancos como la lista central del
escudo, todos esperaron el nombre de los afortunados.
Por
fin, los elegidos accedieron parsimoniosamente agarrotados al elevador
y esperaron a que Ascensión Arribas y Abajo girara la llave junto a
las letras PH.
Fabiola
Picero, Rodrigo Made Borrar y Marisa Capuntas miraban a sus zapatos
con las manos sudorosas, el pálpito a punto de salir por la garganta
y la cabeza zumbando en varios tonos agudos.
La
gran puerta de madera de Bocote se abrió misteriosamente antes de
que los tres becarios llegaran a ella.
Al
final de la enorme sala coronada por recias cornisas victorianas, una figura al contraluz del ventanal que
dominaba la ciudad, les hizo un gesto para que se aproximaran.
Llegados a un par de metros del recargado escritorio, una voz profunda y penetrante les sacudió:
“¿Y
bien?”
La
redactora junior carraspeó mientras miraba a sus compañeros de
obligada cordada y decidió asumir el sacrificio y reconocer la
infamia del grupo de prensa del equipo: mientras no había habido
gato que les vigilara, los ratones de biblioteca habían dormitado y
posteriormente había bebido atropelladamente y con urgencia de los
diarios deportivos para emborracharse de datos inconexos.
“Bien,
los cierto es que el circuito cerrado de Tv del club estuvo estropeado toda la
semana y al llenarse el estadio, no pudimos acceder a la grada. Y en
las dos salidas de Copa el autobús de prensa se averió y tuvimos que seguirlos
por la radio, con malísima cobertura...”
El
aprendiz de gacetillero intuyendo que los movimientos de incomodidad
de la sombra que les vigilaba desde el otro lado del tablero podían
explotar en razonable despido, decidió sacrificarse al todo o nada:
“Pero
el equipo pasó la segunda ronda de Copa a base de estrategia en un
agotador partido de 120 minutos tras comenzar ganando y sacrificando
mucho físico de los más veteranos, para acabar rematando con 4 de 4
penalties en la tanda a vida o muerte mientras Ramette salvaba hasta
tres paradas...”.
La más
joven, apenas benjamina de copista, se armó de valor para acompañar
a sus colegas en la caída libre:
“Ayer
mismo, en la tercera e inexpugnable ronda de Copa, el equipo apostó
por el ataque descarado a ver quién marcaba más y finalmente, tras
tomar ventaja por dos veces consecutivas y remontar otras tantas el
empate, ganó en agónico final 2-3. Y estamos en cuarta ronda por
tercera vez en nuestra historia...”
Y
trató de dar un paso atrás y recoger su cara junto al pecho para
protegerla de la esperada bofetada de exabruptos.
Viendo
que la masa oscura no llegaba a reaccionar de inmediato, la chica
escritora se lanzó a tumba abierta:
“En
Liga el equipo tiró de calculadora y de paciencia y atacó al Real
Oviedo donde más le duele: control de balón y defensa férrea. Y
blandiendo la fe en sus cartas, aguantó desde el minuto 3 el 1-o
cobrado, por fin de penalti por Majidi, hasta el final... Y somos
quintos, en zona de salvación.
Y
el equipo escala a su mejor clasificación en el puesto 1810...”
El
futuro corrector se unió a ella intentando no dar tregua al
monstruo:
“De
reseñar que en Copa la alineación superaba, por primera vez, la media de los 35 años
en el partido ganado a 120 minutos, nada menos: Ramette
- Majidi,
Neufus,
Chaturvedi
- Danielsson,
Cuéllar,
Shun
An, Bonţe,
Gangneux
- Molins,
Bernabeu.”
Con lo
que la pequeña de afilada inteligencia aprovechó para apuntillar:
“En
Agosto el equipo alcanzó más de 80 estrellas con los Ramette
- Neufus,
Danielsson
- Bonţe,
Parra
Ruiz, Pinilla,
Shun
An, Gangneux
- Molins,
Gomila,
Bernabeu.
Y
ahora que el juego llega a los 20 años, nosotros alcanzaremos los 12
el próximo 1 de octubre...”
Y con
un guiño cómplice, comprendido instintivamente por sus compañeros, giraron sobre
ellos tres mismos como una sola persona y corrieron hacia las
escaleras de emergencia huyendo como alma que deja atrás al
mismísimo diablo... no sin soltar en el último momento a través
de la rendija de la puerta, la mejor de todas las prendas:
“Y
los juveniles no han conseguido ser más de 9 y han tenido que jugar
los chicos de la calle...”
En el silencio de la abovedada estancia un suave ronroneo dio paso a un ronquido sonoro pero relajado...
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