En la T58 el Equipo es finalmente expulsado de V. Cruelmente.
La debacle, que no por anunciada fue menos dolorosa, tenía puso claras varias evidencias: el Equipo no le hacía un gol al arco irirs y además era un coladero.
La zaga venía ya desde hace mucho sosteniéndose en los Kida, Majidi, César y las aportaciones de los comodines Capdevila y Elguea. Pero los primeros envejecían y los segundos estaban aún verdes.
Los primeros trataban de copensar a base de mucha voluntad. Y los segundos... también.
Pero no era suficiente.
Al final el bueno, como jugador y como persona, de Hajiabadi sacó 38 veces el cuero (sintético) de las redes (de nylon). La temporada anterior ya habían sido 10 veces más...
Por eso Marsá que está en todo y ya llevaba cuatro temporadas con el grifo cerrado, se plantó ante el propietario y consiguió plata para fichajes. Y buscó refuerzos en la zaga. Primero este gallego Navarro charrúa, (¡el primero!), y luego Olek y Penha, para cerrar con Marquitos, "el breve".
Y así llegó el bueno – también en las dos cosas – de Alejandro. Un tipo feliz, alegre, exagerado, moreno y sonoro, muy sonoro. Y muy serio en defensa. Y con ojo para poner la bola-bala donde ponía el ojo.
Y tan rebuenos que fueron los fichajes, que en esa primera temporada, el Equipo estuvo de nuevo en V a falta de sólo 5 segundos... y se quedó en VI.
Con el tiempo sustituyó a Majidi a balón parado y se metió entre los goleadores habituales. Y a Ostengo, Bernabeu y Molins para lucir el brazalete cuando fue necesario.
Al final la edad pasa para todos y llegó el tiempo de la retirada. Atrás, 5 temporadas, con 65 partidos y 25 goles, incluyendo un Quatrick a base de 3 penaties, ¿el primero?, y más de 100 tantos en toda su carrera. Y 6 estrellas que además de iluminar eternamente su paso por el Club, ahora brillarán en el cielo nocturno sobre su rancho allá en Durango, donde siempre siempre siempre supo que volvería...
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