lunes, 19 de octubre de 2015

Fin temporada 47: tiempo para olvidar?


Recién finalizada la temporada 47 en la que la noticia, trsite, ha sido el descenso de categoría, parece obligado hacer un repaso.
La temporada comenzó nuy mal. El equipo no se había reforzado en el periodo de descanso y el ambiente en el vestuario empezaba a oler a rancio.
El Mister Gierada, agotado, se mantenía en el puesto como un valiente a la espera de que las autorizaciones federativas, y la voluntad del Propietario, permitieran su relevo por el joven Jonás Marsá, un auténtico ídolo como jugador, gran capitán y máximo goleador hostorico hasta la fecha.

Con estas las primeras jornadas de liga fueron de desastre en desastre.
Es cierto que el debut, con la primera ronda de copa, no fue tan malo y apenas un gol en el minuto 86 nos dejó fuera.
Después tres partidos de liga seguidos contra los tres mejores equipos del grupo y rivales en la temporada anterior, acabaron con todas las especulaciones y con todas las ilusiones. Goleados y vencidos el equipo se vino abajo. Y el primero en caer fue el míster. El gran liuchador dejó paso al pupilo.

Después el equipo que se había divertido en copa goleando a rivales flojos, tomó las riendas de su destino y saldo con buenos resultados los enfrentamientos con los rivales directos en el grupo, encadenando tres victorias consecutivas. Todas por la mínima. La sensación era que los resultados eran demasiado justos para los méritos mostrados. El equipo se aupó a puesto de permanencia.

El coach Marsá decidió intentar asegurar la permanencia abogó por reforzar el medio campo a base de netramientos, adelantando sus planes que en realidad debían hacerse realidad la siguiente temporada una vez completado el entrenamiento de ataque inicalmente previsto. Con la urgencia de los resultados y las malas perspectivas, postpuso los fichaje de jóvenes valores y contrató al mediocampista rumano Sorin Bronte, (quizás inspirado por la otrora conexión rumana que tanto éxito dio al técnico italiano Mazzola), en una operación rápida y económica.

Con estas pocas armas el equipo se enfrentó al inicio de la segunda vuelta.
Las perspectivas eran muy buenas y el estado del equipo ideal para asegurarse el seguir en la categoría.
Pero el "hattrick es así", que dicen los más castizos del juego. Y una serie de tres derrotas por la mìnima hundieron al equipo en el descenso directo. A pesar de la imaginación del míster que alternaba contraataques con poderío de mediocampo soprendiendo a los rivales, la mala suerte se cebó y los resultados nos empeujaron a VII. Los últimos partidos a pesar de "la heróica" del equipo fueron un perfecto resumen de la temporada: mucha lucha, mucho esfuerzo y ninguna suerte para resultados ciertamente injustos.

De la parte positiva tan sólo algunos trazos leves: el nacimeinto de pequeñas estrellas de la cantera de DaniFalkis, (Pinilla, Aneiros, Parra Ruiz, Gasau, ...) como mediocampistas de futuro; la llegada del joven alemán Ludolfinger que a pesar de la referencia james bondiana es un virtuoso del balón; los goles del veterano Fortuny que le acercan a tan sólo 4 del mito y ahora entrenador Marsá, a pesar de llegar en el declive de su carrera; los goles de Molins, el joven capitán que parceía que nunca se destaparía y al que quizás la llegada al puesto de entrenador de su referente Marsá haga por fín explotar... y como siempre la afición que se volcó con equipo.

Mala temporada, malos tiempos.
Sólo un breve recuerdo para aprender de los errores y luego borrarlo todo para volver a empezar sin lastres.

En breve más...


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