12/01/2013
Objetivo cumplido
Tras
un descenso en “caída libre” desde VI hasta VIII, el equipo ha
vuelto a brillar en “su” categoría y ha obtenido su tercer
entorchado en esta división.
La
temporada ha resultado extrañamente fácil ya que el equipo es el
mismo que en la temporada anterior donde a duras penas consiguió el
cuarto puesto.
Es
cierto que el mediocampo está muy por encima de la media en esta
división y eso, por una vez en HT, ha sido esencial para encauzar
los partidos. Casi todos. Teamgordo y Ebs nos quitaron las victorias
que nos habrían dado la “temporada perfecta” como Billy Chapel.
Y en cualquier caso el hecho de que Escorpiones apostara por la copa
al principio de la temporada nos allanó el camino.
Temporada
de récords: Goles a favor, goles en contra; Kosinski, “el
francotirador alemán”, pichichi por segunda temporada consecutiva;
Calveras, el niño de la cantera, Zamora; Gilbert el autentico Káiser
del mediocampo; Fortuny, Ocaña y Winifredo los tres mosqueteros…
El
equipo como un solo hombre respondió a “la llamada del deber”.
Ahora
es el momento de reestructurarse, trabajar con la juventud y tratar
de hacerlo lo mejor posible.
¿Objetivo?.
El infinito y más allá… como siempre.
El
propietario, tocado con boina sin capar, pantalones de pana gruesa,
un cordel al cinto, alpargatas y blanca camisa bajo un chaleco negro
compareció por sorpresa y de urgencia en la sala de prensa.
"Hoy me presento ante vosotros como San Pablo, temblando y lleno de miedo, tal como soy, en esta hora final. Es el destino quien reparte las cartas. Fuimos al Olímpico a luchar contra el rival, no contra los elementos. La victoria fue grande pero el precio fue demasiado alto: la lesión de nuestro cancerbero en su mejor momento de forma; la expulsión y el partido de suspensión para Erblin cuando por fin volvía al equipo y la baja de Winifredo, nuestra esperanza, cuando nos vemos obligados a traspasar al gran Ocaña para salvar al equipo de la bancarrota antes de la actualización. A perro flaco todo se vuelven pulgas. Solo podemos esperar y confiar".
Y con los ojos inundados de lágrimas finalizó:
"Ojalá
el cielo no fuera azul, ojalá el agua no mojara y ojalá no quisiera
tanto a este equipo".
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