La
salida contra Baragua, tras la brillante y esperanzadora jornada 10
en que el Equipo goleó en el Coliseum a Concor y merced al
empate del líder, Oviedo, en su visita al sorprendente Zoaime, se
había encumbrado al segundo puesto a sólo 1 punto de la cabeza; ha
significado la mayor derrota del equipo en Liga en muchas temporadas.
8-2...
En
concreto hay que remontarse, nada menos, que hasta la Temporada 24,
en la primera etapa del Club en VI, para encontrar la mayor
goleada en contra: un 0-8 de Depor en el Coliseum.
Idéntico resultado se repetiría dos temporadas después, en la última jornada,
en que Marikitars conseguía un 8-0, tambien en VI categoría.
Así
pues la derrota frente a Baragua iguala el máximo número de goles
recibido, por tercera vez.
Respecto
a la diferencia, el Equipo ha sido derrotado por 6 o más goles en 9
ocasiones, esta es la décima, siendo la más reciente precisamente
frente a Oviedo en la T53, a lo largo de las 40 temporadas de la
historia de Falkis hasta el momento.
El
Técnico, Jonás Marsá, como suele ser habitual se presentó ante
los medios para dar la cara en los momentos malos.
“Ha
sido un duro correctivo no hay duda y hay que achacarlo a desaciertos
en el planteamiento del partido. Y a la indiscutible superioridad del rival.
Si
bien es cierto que la, engañosa, goleada del pasado fin de semana en
casa contra Concor nos trajo graves consecuencias, – la lesión de
Parra y de Hajiabadi, en su mejor momento de la temporada, y la
tercera tarjeta de Pinilla, auténtico motor del equipo en las
últimas jornadas, que le suponía un partido de sanción –,
también lo es que la apuesta valiente por ir a por el partido era,
ahora se ve, demasiado arriesgada. Con un medio campo muy debilitado, una defensa en baja forma y un ataque demasiado justo, quizás
deberíamos haber renunciado a la sorpresa y haber intentando buscar
un empate. Sacar algún punto. Máxime cuando hemos conseguido anotar
primero gracias a la jugada por la banda de Engler, uno de los
excepcionales veteranos que mantienen a este Equipo.
Pero
no estoy descontento, ni creo que haya nada de lo que arrepentirse:
el ADN de este Equipo es ir a por todo, sacando fuerzas de flaqueza y
poniendo todo lo que hay en cada partido.
Simplemente
hay veces en que, a pesar de ello, no se puede. Y suceden estas
cosas.
Estos dos últimos partidos nos han dejado grandes cosas también: La disciplina de
la defensa en sus posiciones, Molins anotando de nuevo para
encarrilar el partido, Majidi deleitándonos en los tiros libres, la
genialidad del sorprendente Aneiros totalmente recuperado, el esfuerzo de los veteranos, la responsabilidad de los jóvenes y la colaboración de todos...
Y
es con lo que hay que quedarse.
Y la parte negativa simplemente hay
que regatearla y seguir adelante hacia el objetivo.
Ayer
hemos sucumbido ante un equipo más fuerte y no hay que darle más
importancia. Es cierto que el título se pone muy caro con una
diferencia de 4 puntos a falta de 9 por jugar, pero tres de esos
puntos son el enfrentamiento directo con Oviedo y ese es el partido
crucial. Por supuesto que hay que sacar los otros 6 puntos, en casa,
contra Alcalá y Cartavio, que nos derrotara en la primera jornada.
Pero es que esto es así: hay que intentarlo siempre y luchar hasta
el final.
Con la permanencia prácticamente asegurada a un sólo punto y con una ventaja de cuatro puntos respect a los terceros, es el momento de aspirar a lo máximo. Conscientes de la dificultad que tiene, pero conjurados en darlo todo.
Ahora
hay que esperar a recuperar a los lesionados y confiar en la
plantilla, que sigue demostrando semana a semana que nunca se le
podrá reprochar la falta de esfuerzo. Y plantear los partidos que
quedan con la misma libertad y ambición que el equipo ha tenido
siempre como seña de identidad. El premio merece la pena. Y la
derrota, si se pone todo lo que se tiene, no duele.
Y
en eso es en lo que confían los 2421 socios y miles de seguidores
que nos apoyan y nos sostienen.
Y es a lo que nos debemos...”.
Justo
en ese momento, por delante de la puerta de la Sala de Prensa se ha
vislumbrado pasar al Propietario. Y de golpe todos los medios han
dejado al entrenador con la palabra en la boca y han salido en busca
del titular fácil y explosivo que saben que siempre proporciona el
dueño del Club.
Rodeado
de micrófonos hambrientos y flashes impertinentes el Propietario se
ha cuadrado con mirada amenazadora.
Un
reportero se la ha lanzado directa a la yugular:
“¿Cree
usted que estamos ante el final de Falkis?”
Y como si del mismísmo Sheldon Marcone se tratara ha respondido:
“¡No!...
¡yo creo que lo que estamos es ante el final de buen periodismo
deportivo!”
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