jueves, 19 de marzo de 2015

Y al final llegó el final: la promoción


Y llegó el día.
Toda la temporada resumida a 90 minutos.
El examen final. La revalida definitiva. Matar o morir.
El rival venía de una temporada de brillantes goleadas y resultados fáciles. Sin apenas desgaste se había plantado en la promoción a la exclusiva VI.
Por el contrario el Equipo había tenido que luchar durante la mayor parte de la temporada para, a duras penas, salvar el descenso directo y agarrase con las uñas al partido de promoción.
El reto era inconmensurable.

Una vez más el Mister Gierada demostró su capacidad de análisis y su imaginación a la hora de confeccionar alineaciones y preparar partidos y estrategias y sacó su magia
Recurriendo al ataque cuando es necesario y leyendo cuando al rival se le debe ganar en el medio campo. 
Una lección de un maestro. Seguramente su lección final.
Y ello acompañado de su talento para gestionar las fuerzas del equipo en la justa medida y reservar lo necesario para los momentos definitivos. Y entonces saber sacar de los jugadores el último gran esfuerzo, conseguir que luchen hasta el último aliento.

Y así fue.
Planteó una alineación basada en los pilares del equipo y los refuerzos de última hora brillantemente obtenidos para fortalecer los puntos necesarios:
Un mediocampo consistente y creativo, respaldado por dos defensas seguros, que pudiera concentrarse en alimentar de balones a la tripleta delantera. 
Y todos dando lo mejor en el momento necesario.

Así planteado, el equipo salió a por todas desde que pisó el campo y en apenas 5 minutos había encauzado el partido.
Dos geniales jugadas por el centro, al más puro estilo de este Falkis, que resolvieron en el minuto 2 el veterano canterano Gilbert, que ya es una referencia y un mito en el club asumiendo su responsabilidad, y tres minutos después el elegante Van Goethem con uno de sus habilidosos y finos disparos colocando el balón donde nadie puede alcanzarlo. Si alguien pensaba que la llegada de los extraordinarios lanzadores Danielsson o Lupashko, que le han quitado la responsabilidad de las jugadas a balón parado, iba a hacer que este chico holandés se desmoralizara o perdiera su espíritu, se equivocaba. Cuando el equipo le necesitó demostró su arte y su habilidad para el bien del conjunto.

A partir de ahí el equipo controló el partido y no dejó ninguna opción a su rival que poco a poco se fue desesperando ante la imposibilidad de tener el balón y acabó provocando tarjetas y desorden.
Ni la inoportuna lesión del magnífico guardameta Duarte en el minuto 34, suplida por el veterano y eficaz Calveras; ni las dificultades que el campo empapado ponían al fino Zuleta para jugar dentro del área como él sabe; ni el soprendente fallo del certero Danielsson en el penalty del minuto 74, fueron motivo para que el equipo perdiera su objetivo de vista. 
Habían recibido unas consignas muy claras y sabían lo que tenían que hacer. Y nada les afectaría.

Así se sucedieron las oportunidades: Danielsson en espectacular galopada, Fortuny el más sabio, el sorprendente y descarado Bernabeu en varias ocasiones... Hasta que en el minuto 84, cuando el rival intentaba quemar sus últimos cartuchos, Zuleta, por fin, se resarció del esfuerzo de toda la tarde rematando inteligentemente una brillante jugada del equipo, una vez más, por el centro. 3-0 y el partido sentenciado.

Con la permanencia conseguida, la afición en pleno, sabiendo que ello significaba el adiós al Míster polaco, estalló en una prolongada y estruendosa ovación para este equipo que a pesar de los errores, de la mala suerte y de los inconvenientes, una vez más, resolvió un partido crucial y se mantiene en la división a la que pertenece.

El equipo, reunido en el vestuario, como un sólo hombre se abrazó al entrenador y al resto del cuerpo técnico orgullosos de lo conseguido, de haber demostrado su valía real y de haber recuperado la alegría y confianza de sus seguidores.
Y sabedores de que el reto en VI será cada vez será más difícil. Pero deseosos de afrontarlo.

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