sábado, 9 de diciembre de 2017

El día de El Partido. Previo Promoción T54



Secundino se despertó de golpe, como si algo le urgiera a ponerse en marcha. 
Todavía medio dormido trató de pensar:
...hoy... ¿no hay colegio?... es sábado... ¡claro!, ¡el día del Partido!

Su primer impulso fue saltar de la cama, pero una vocecita en su cabeza le recordó que su madre no le permitiría levantarse demasiado temprano. Así que lentamente se volvió hacia la pared de la que colgaba el reloj con el escudo de Falkis, rezando por que fuera más tarde de las ocho. 
Los fines de semana son para dormir y recuperar. Ya madrugas bastante el resto de los días...” le decía su madre constantemente. 
Pero era difícil desperdiciar horas en los días sin cole... “ ¡y más un día tan especial como este! ”, se dijo.
¡Afortunadamente las manecillas indicaban las nueve menos cuarto!.

Así que salió de la cama como una exhalación camino del cuarto de baño. En la penumbra de su cuarto, al pasar, de reojo vio el póster de la plantilla del equipo en esta temporada 54 cogido con chinchetas sobre los de las últimas cuatro temporadas y en el pasillo una foto enmarcada de su abuelo junto a Enrique del Valle, el antiguo entrenador-jugador de la primera plantilla.
Abrió el grifo y esperó unos segundos a que el agua algo templada acumulada durante la noche en la cañerías diera paso a la que entraba directamente del exterior, ¡bien fría!, como a él le gustaba. Eso sí que le despertaba. Sumergió la cara en el cuenco de agua que formaban sus manos, ya casi heladas, varias veces, hasta que casi no notaba la nariz y alzándola hacia el espejo, mientras las gotas resbalaban sobre el lavabo, lanzó un profundo suspiro de placer, como tantas veces había visto hacer a su padre al refrescarse después de jugar un rato juntos a la pelota.

Corrió a la habitación y se puso sobre el pijama el jersey del chándal de su equipo, el Infantil de DaniFalkis, que había dejado tirado la tarde anterior al volver del entrenamiento, sobre los cajones donde guardaba toda su ropa de fútbol: sus camisetas favoritas, los uniformes de entrenamiento y de partido, docenas de calcetines y medias, la ropa térmica y el chubasquero arrebujado, y los gorros de lana para el invierno.

Se plantó en la cocina donde su madre preparaba la comida y con un casi imperceptible saludo se dirigió a la alacena donde estaban los tazones. 
Su madre lo cogió por la capucha y lo atrajo hacia sí:
¿Ese es todo el saludo de buenos días que se le da a una madre?”.
A ragañadientes dejó que ella le abrazara y le dio un beso con un “¡buenos días, mami!” algo forzado y estridente. Sabía que era mejor exagerar para conseguir la libertad lo más rápido posible, y es que hoy no había tiempo que perder: desayunar, hacer la cama, los deberes, la ducha, comer y por fin: ¡El Partido!.

En unos segundos desplegó todo el material sobre la mesa de la cocina y se encaramó a la silla. El tazón lleno de leche recién sacada de la nevera y bien cargado de cola-cao, la caja de galletas Fontaneda, la pastilla de mantequilla con su paleta y su servilleta con el escudo de Falkis.
Ahora sí, se tomó unos minutos para untar concienzudamente de mantequilla las galletas rectangulares con ribetes circulares, formando pequeños bocadillos dobles o tripes, según le apetecía, y apilarlos con extremo cuidado y precisión en una interminable torre digna de un montaje de efecto dominó.
Una vez consideró que la cantidad era adecuada se las comió mojadas en la leche con la misma urgencia que le perseguía esa mañana.

Levantar la persiana, estirar el edredón, esconder el pijama y unos golpes a la almohada y ya estaba sentado en su mesa con los cuadernos delante. 
Primero Geografía: “La Tierra. La brújula. Los movimientos de la Tierra”.

La Tierra es una esfera, pero no perfecta, pues está... “aplastada” por los polos... tiene forma de... naranja...”

Pero, ¿cómo iba a concentrarse?. Desde la habitación de al lado donde su abuelo escuchaba Radio Falkis le llegaban claramente las palabras de los comentaristas:

Efectivamente un día muy importante. Y ya van tres temporadas consecutivas con partidos de Promoción, un extra a la Liga, el Epílogo de la temporada. 
Primero el ascenso a V, la pasada temporada eludir el descenso y esta de nuevo luchar por mantenerse. 
Es curioso cómo el Equipo a pesar de los avatares del campeonato ha finalizado en lo que parece una copia de la temporada pasada, al obtener idéntica clasificación, -sexto puesto holgado-, e idéntica suma de puntos, 16 finales, y por tanto idéntico reparto de partidos ganados, empatados y perdidos, -5/3/6-.
Hoy encara este partido de Promoción para mantener la categoría ante un duro rival, Montgomery Cliff 2013, que ha arrasado en su grupo en VI división con 10 partidos ganados y tan sólo 8 puntos perdidos en los 4 empates cosechados y sin ninguna derrota. Es de destacar en la trayectoria de Falkis esta temporada el descenso, respecto a la temporada anterior, tanto de goles marcados como recibidos, siendo este último uno de los puntos fuertes del Equipo esta temporada 54, a pesar de las dos últimas goleadas...”

Volvió a su libro:
La Tierra rota sobre su eje... que es una línea... imaginaria que... pasaría por el centro...”.

No podía ser... ¡ era imposible “mantenerse en la Tierra”, cuando Falkis estaba a punto de tocar el cielo !:

El Equipo, recién llegado del Torneo de Titanes de 2005 en el que terminó en el puesto 1667 de más de 4.500 equipos, lo que significa entre el 37% de los primeros con 5 victorias, un empate y cuatro derrotas, ha aprovechado para ajustar posiciones” proseguía la radio,
pero no obstante arrastra un importante cansancio por el esfuerzo realizado que esperemos que no pase factura.
En esta gira ha destacado el defensor Majidi, pichichi del equipo en el torneo con 5 goles y que ha reivindicado su condición de artillero a balón parado a pesar de las últimas críticas recibidas, y es que acumula tras esta su primera temporada en Falkis, 11 goles, -5 en liga, otros tantos en torneo y uno en copa-, con 5 penalties anotados, 4 faltas directas y dos goles en jugada y tan sólo dos errores desde los once metros y una falta detenida por el portero rival.
También ha brillado de nuevo el guardameta Hajiabadi que ha hecho una temporada fantástica, así como los delanteros Bernabeu y Ostengo. Este último se estrenaba como goleador con dos dianas.
En este difícil encuentro que cierra oficialmente la temporada se espera la resolución de la incógnita sobre el MVP del Equipo entre los goleadores Molins y Majidi, con 5 tantos en Liga cada uno como pichichis del equipo y el guardameta Hajiabadi que además de sus excepcionales actuaciones ha alcanzado el segundo puesto en el Zamora del Grupo de esta dificilísima V división.”

Como pudo completó las tareas y corrió a enseñárselas a su madre para pedirle permiso para acercarse a la radio con el abuelo:

Menudo partido hoy, ¿eh? Secun", le dijo este cuando se sentó junto a él en un pequeño taburete, "me recuerda al debut de Falkis en el Hattrick, pronto hará 40 temporadas *... Aún recuerdo a los jóvenes Arra, Lagar, López y el capitán Blanco... es más ese día recuerdo que llegaron al campo cuando el árbitro estaba a punto de dar el partido por perdido porque las Monjas estaban todavía cosiendo los números de tela en el dorso de las camisetas... ¿te imaginas Secun?, ¡cosiéndolos como si fueran un parche!, no como ahora que va todo pintado encima...”

Van impresos abuelos, como los escudos y los nombres...” le aclaró cariñosamente por enésima vez y es que le encantaba que su abuelo le contara estas anécdotas de los primeros tiempos del equipo.

Durante un rato compartió con su abuelo historias del Equipo y escuchó en la radio los análisis sobre el trascendental partido: que si el rival era muy duro, más que el de la temporada pasada, que si el momento de forma de algunos jugadores como Aneiros no era el mejor, que si menos mal que Gomila se estaba recuperando, que si se esperaba una tarde nublada que no era buena para los jugadores rápidos, que si la táctica, que si la alineación y sobre todo mucho sobre la afición y su esencial apoyo. Y ahí Secun se hinchó por dentro de orgullo porque él iba a ser esa afición, con su Padre y con su Abuelo.

De golpe una voz de su madre le sacó de su ensoñación y le devolvió desde el césped de Coliseum al salón de su casa:
¡Secun, si quieres ir al partido dúchate inmediatamente para comer!”.

Saltó como un resorte y por una vez se ducho en apenas tres minutos, como siempre le pedía su madre, sin hacer batallas de esponjas contra imaginarios monstruos, ni entretenerse dibujando jugadas de fútbol en el cristal empañado de la mampara o del espejo.

El plato de macarrones con chorizo y tomate, ¡su comida preferida!, despareció en un visto y no visto y estaba cogiendo un rápido plátano cuando su padre entró por la puerta.

¿Estas listo Secun?”. Eran las palabras que llevaba toda la mañana esperando.
Casi...” se le oyó decir en un decrecendo según se alejaba corriendo por el pasillo camino de su cuarto.
Como si fuera Flash, su superhéroe preferido, cambió el pijama por un pantalón abrigado y un jersey de cuello alto, se calzó las zapatillas y ya saliendo cogió su camiseta oficial de Falkis, que le regalaran por su cumpleaños un par de meses antes, con el 7 a la espalda y la firma del Ratoncito Bernabeu bajo el escudo que consiguió aquel día en que la primera plantilla entrenó en el St. Patrick's porque se estaban realizando reparaciones en el Coliseum y al salir coincidieron con los Infantiles que llegaban a entrenar. Y en que el goleador se la firmó al ver que llevaba su mismo número y mientras le decía:
Y recuerda, siempre atento, en el área hay que ser el más listo...”.
Ni que decir tiene que desde entonces para el chico no existía otro jugador que el Ratoncito.

Mientras se la ponía ya saliendo de casa, su Padre le comentó:
¿Crees que hoy será el día?”, refiriéndose a que en aquellos momentos Bernabeu, tras anotar su séptimo gol de la temporada en uno de los encuentros del Torneo Titanes, había igualado al mito Marsá y al eterno centrocampista y primer canterano Fortuny como máximo goleador de la historia de Falkis con 110 tantos, y de marcar en el Partido se convertiría en solitario en una auténtica leyenda del Club.

La emoción ni siquiera le permitió contestar.

Camino del Coliseum en el autobús que les recogió en la Avenida plagada de banderas y aficionados con camisetas y bufandas del equipo, disfrutó de la conversación del Abuelo con sus veteranos amigos sobre la época de los pioneros: de Basets, Lluch, Melero, Sirgo; del entrenador Lemanski; de los bocadillos calentados en el infiernillo en las gradas del primer Coliseum donde apenas cabían 2,000 espectadores; del marcador manual con enormes cartelones que se caían cuando soplaba el viento; o de las botas sujetas con cuerdas de empaquetar que había que reparar varias veces a lo largo del partido.

Aunque llegaron casi una hora antes de empezar el partido, a Secun no le importó, le encantaba ver los graderíos llenos de los colores verde, blanco y amarillo; escichar a Los Dragones entonando los himnos; descubrir como si fuera la primera vez cómo aquellos focos impresionantes hacían resaltar el verde césped del terreno de juego recortado por la rojiza tierra que la rodeaba; y sobre todo poder observar detenidamente y uno por uno a los jugadores calentando antes del partido, como hacía él con su equipo en el St. Patrick's, en su liga y soñando que algún día, en apenas siete u ocho años quizás él mismo podría hacerlo en aquel mismo estadio.

Durante la espera estuvo atento a los comentarios de su Padre sobre el mito Brunelle, el guardameta que cambió el Club; la época de los Moldovan, Delahaye y Leo Grave, la primera gran media; de los Sergeev, Tunaru, Mozheiko y Oprea en el equipo que batió todos los records y de la terrible Liquidación; del formidable Kosinski, el hombre de los 6 pichichis y 5 consecutivos; de los Tres mosqueteros, Gilbert-Fortuny-Winifredo; y de tantas grandes figuras que habían pasado y habían propiciado momentos históricos en el Club, como hoy estaban a punto de vivir ellos en El Partido tan trascendental.

Finalmente acabó la espera y los jugadores saltaron al campo y el árbitro hizo sonar el silbato. Había llegado la hora...


*El debut de Falkis en Hattrick tuvo lugar al inicio de la temporada 16, el 4 de enero de 2006, lo que significan casi 39 temporadas en tiempo Hattrick y casi 12 años en tiempo real.



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