El
sábado el Equipo se enfrentaba al partido determinante para medir
sus opciones de cara al final de la temporada y sobre todo de la
salvación directa.
Una
victoria les impulsaba, previsiblemente y dependiendo del resto de
resultados en el grupo, en la clasificación de manera que pudiera
resolver en la última jornada en el Coliseum sus opciones de
salvación directa.
Era el
penúltimo partido y el Equipo viajaba al difícil Carlos Tartiere,
feudo del difícil Real Oviedo, seguramente el equipo más completo
de la liga tras el líder. El reto era casi imposible, pero al Míster
Marsá nunca le arredraron los retos.
Tras
estudiar las líneas del rival y su estilo de juego, señalando sus
lados más fuertes y sus pocos puntos débiles pergeñó la, casi,
única alineación viable.
Recurriendo
a la 5-2-3 que desde que el Equipo desembarcó en esta dificilísima V se ha convertido
en el salvavidas y último recurso, colocó de salida, una defensa
jamás igualada en el Club con César y Engler asegurando las bandas
y Majidi y los inusuales Pinilla y Horacio Parra en el centro
haciendo valer la combinación de habilidades en defensa y pases de
todos ellos para buscar el contra ataque.
En el centro con la misión fundamental de
apoyar a la delantera situó inteligentemente al recién incorporado
Jagoda volcado al ataque junto a la banda derecha, punto caliente del
ataque del rival y también único resquicio débil de su defensa, en
la que colocó como extremo ofensivo a Immerzeel que por fin
encontraba su hueco ideal en el once inicial.
Finalmente confiaba el
remate a los tres delanteros del Club: el capitán Molins siempre solvente, el joven
Bernabeu en un momento de froma excepcional a pesar de una lpequeña esión y un Gomila que arrastra problemas físicos que le limitan
enormemente su capacidad y poderío atacante.
El
planteamiento era claro, pero todo dependía del rival.
Una
vez en el terreno de juego se observo rápidamente que el planteamiento
defensivo era el correcto, pero que las carencias del Equipo sobre
todo en el ataque echaban casi por tierra las posibilidades de
remate. La apuesta por la táctica del contragolpe dejaba el dominio
del balón abrumadoramente en manos del rival. Sólo quedaba aguantar
y soñar con un poco de fortuna y acierto.
Sorprendentemente
y para desesperación de los aficionados - y especialmente del
Presidente-, en el minuto 9, en la primera llegada por la banda más
protegida, insospechadamente el rival anotaba el 1-0.
La desilusión se abatió sobre le Equipo, pero el
Míster desde la banda junto con el resto del banquillo, consiguió
trasladar la confianza en las posibilidades y el objetivo de derrochar paciencia y confiar en la táctica. Creer en la estrategia.
Así a
pesar de la vorágine de juego y ocasiones que creaba el rival, la
primera parte avanzó plagada de grandes paradas del Tigre Persa
Hajiabadi, y magníficas actuaciones de la defensa de Falkis,
acompañadas de una solitaria ocasión de Gomila, que lleno de
pundonor ponía más esfuerzo que acierto.
Así se llegó al descanso, entre la sensación de estar en la cuerda
floja y la impotencia de no contar con los mimbres para cambiar la
situación, pero con un mínimo 1-0 en contra.
Aún
así se seguía creyendo en un golpe de suerte, en que Hattrick
devolviera algo, sólo un poquito, de lo que Hattrick nos había
ido quitando a lo largo de la temporada. Y sobre todo confiando en la defensa y
el portero.
Pero
no había opción. En el minuto 65 el rival sacó sus cartas, y sus
garras, y reforzó aún más todavía su ataque y su medio campo. Era la
puntilla. Ya habíamos advertido que era un rival muy fuerte. Y
efectivamente sólo un par de minutos tardó en anotar el 2-0, que alejaba
casi todas las opciones.
Y
trece minutos después, en el 78', justo cuando Marsá había dados
las instrucciones para remodelar la defensa y reforzar la parte
central, una desafortunada jugada por el centro daba el 3-0 al rival.
No puede tenerse peor suerte.
A
partir de ahí el Equipo se intentó lanzar al ataque desesperado olvidando incluso las consignas defensivas,
pero de nuevo las carencias de plantilla limitaron la capacidad de
respuesta. Se aguantó el resultado a pesar de las abrumadoras 10
ocasiones del rival frente a las apenas 3 de Falkis que además
desgraciadamente recayeron en el jugador menos capaz en estos momentos a
pesar de su enorme esfuerzo y voluntad.
Como
dijo el Míster a la plantilla en el vestuario:
“Tenemos
que sentirnos orgulloso del partido y de la temporada. Hace tiempo
que sabemos que estamos en una categoría que nos supera y
conseguimos aguantar gracias a nuestro esfuerzo y nuestra seriedad en
el campo y el trabajo en los entrenamientos. Hacemos todo lo que
podemos y todo lo que está en nuestra mano. Pero hay ocasiones en que no es suficiente y no puede ser y la realidad nos pone en nuestro sitio.
Aún así tenemos la enrome honra de seguir siendo, a pesar de los
tres goles de hoy, el segundo equipo menos batido y todavía dependemos de nosotros mismos para mantener la categoría.
En eso es en lo que tenemos que centrarnos estas dos semanas.”
Ahora
sin presión salvo intentar acabar con la mayor cantidad de puntos
para tratar de encontrar un rival más débil en la promoción, el
Equipo cerrará la temporada en casa, en el Coliseum, frente a otro
rival difícil como Área Concor, en lo que empieza a ser un clásico
de esta Liga.
De momento, al menos, el Equipo asegura la misma sexta plaza que alcanzó la pasada temporada en su debut en V.
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