viernes, 1 de diciembre de 2017

Primer Asalto: luchando contra gigantes, cargando con el infortunio



El sábado el Equipo se enfrentaba al partido determinante para medir sus opciones de cara al final de la temporada y sobre todo de la salvación directa.
Una victoria les impulsaba, previsiblemente y dependiendo del resto de resultados en el grupo, en la clasificación de manera que pudiera resolver en la última jornada en el Coliseum sus opciones de salvación directa.

Era el penúltimo partido y el Equipo viajaba al difícil Carlos Tartiere, feudo del difícil Real Oviedo, seguramente el equipo más completo de la liga tras el líder. El reto era casi imposible, pero al Míster Marsá nunca le arredraron los retos.
Tras estudiar las líneas del rival y su estilo de juego, señalando sus lados más fuertes y sus pocos puntos débiles pergeñó la, casi, única alineación viable.
 
Recurriendo a la 5-2-3 que desde que el Equipo desembarcó en esta dificilísima V se ha convertido en el salvavidas y último recurso, colocó de salida, una defensa jamás igualada en el Club con César y Engler asegurando las bandas y Majidi y los inusuales Pinilla y Horacio Parra en el centro haciendo valer la combinación de habilidades en defensa y pases de todos ellos para buscar el contra ataque. 
En el centro con la misión fundamental de apoyar a la delantera situó inteligentemente al recién incorporado Jagoda volcado al ataque junto a la banda derecha, punto caliente del ataque del rival y también único resquicio débil de su defensa, en la que colocó como extremo ofensivo a Immerzeel que por fin encontraba su hueco ideal en el once inicial. 
Finalmente confiaba el remate a los tres delanteros del Club: el capitán Molins siempre solvente, el joven Bernabeu en un momento de froma excepcional a pesar de una lpequeña esión y un Gomila que arrastra problemas físicos que le limitan enormemente su capacidad y poderío atacante.
El planteamiento era claro, pero todo dependía del rival.

Una vez en el terreno de juego se observo rápidamente que el planteamiento defensivo era el correcto, pero que las carencias del Equipo sobre todo en el ataque echaban casi por tierra las posibilidades de remate. La apuesta por la táctica del contragolpe dejaba el dominio del balón abrumadoramente en manos del rival. Sólo quedaba aguantar y soñar con un poco de fortuna y acierto.

Sorprendentemente y para desesperación de los aficionados - y especialmente del Presidente-, en el minuto 9, en la primera llegada por la banda más protegida, insospechadamente el rival anotaba el 1-0. 
La desilusión se abatió sobre le Equipo, pero el Míster desde la banda junto con el resto del banquillo, consiguió trasladar la confianza en las posibilidades y el objetivo de derrochar paciencia y confiar en la táctica. Creer en la estrategia.
Así a pesar de la vorágine de juego y ocasiones que creaba el rival, la primera parte avanzó plagada de grandes paradas del Tigre Persa Hajiabadi, y magníficas actuaciones de la defensa de Falkis, acompañadas de una solitaria ocasión de Gomila, que lleno de pundonor ponía más esfuerzo que acierto.
Así se llegó al descanso, entre la sensación de estar en la cuerda floja y la impotencia de no contar con los mimbres para cambiar la situación, pero con un mínimo 1-0 en contra.
Aún así se seguía creyendo en un golpe de suerte, en que Hattrick devolviera algo, sólo un poquito, de lo que Hattrick nos había ido quitando a lo largo de la temporada. Y  sobre todo confiando en la defensa y el portero.

Pero no había opción. En el minuto 65 el rival sacó sus cartas, y sus garras, y reforzó aún más todavía su ataque y su medio campo. Era la puntilla. Ya habíamos advertido que era un rival muy fuerte. Y efectivamente sólo un par de minutos tardó en anotar el 2-0, que alejaba casi todas las opciones.
Y trece minutos después, en el 78', justo cuando Marsá había dados las instrucciones para remodelar la defensa y reforzar la parte central, una desafortunada jugada por el centro daba el 3-0 al rival. No puede tenerse peor suerte.

A partir de ahí el Equipo se intentó lanzar al ataque desesperado olvidando incluso las consignas defensivas, pero de nuevo las carencias de plantilla limitaron la capacidad de respuesta. Se aguantó el resultado a pesar de las abrumadoras 10 ocasiones del rival frente a las apenas 3 de Falkis que además desgraciadamente recayeron en el jugador menos capaz en estos momentos a pesar de su enorme esfuerzo y voluntad.

Como dijo el Míster a la plantilla en el vestuario: 
 
Tenemos que sentirnos orgulloso del partido y de la temporada. Hace tiempo que sabemos que estamos en una categoría que nos supera y conseguimos aguantar gracias a nuestro esfuerzo y nuestra seriedad en el campo y el trabajo en los entrenamientos. Hacemos todo lo que podemos y todo lo que está en nuestra mano. Pero hay ocasiones en que no es suficiente y no puede ser y la realidad nos pone en nuestro sitio. 
Aún así tenemos la enrome honra de seguir siendo, a pesar de los tres goles de hoy, el segundo equipo menos batido y todavía dependemos de nosotros mismos para mantener la categoría. 
En eso es en lo que tenemos que centrarnos estas dos semanas.”

Ahora sin presión salvo intentar acabar con la mayor cantidad de puntos para tratar de encontrar un rival más débil en la promoción, el Equipo cerrará la temporada en casa, en el Coliseum, frente a otro rival difícil como Área Concor, en lo que empieza a ser un clásico de esta Liga. 
De momento, al menos, el Equipo asegura la misma sexta plaza que alcanzó la pasada temporada en su debut en V.


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