Una tarde
lluviosa de invierno Baldomero Queaires llevóa Danifalkis a un
espiagdo joven de origen vasco con apenas 15 años. El bueno de Ibai
Zibuaurre con su mirada concentrada, su espíritu trabajador y su
metro ochenta y nueve de estatura pronto demostró su habilidad como
ariete combinando perfectamente el regate corto a la salida del
portero, el remate a los centros desde la banda y sobre todo el
inapelable disparo desde 30 o 40 metros.
Militó
durante tres temporadas en el equipo filial, siempre bien vigilado
por el Maestro Gierada que había visto su potencial, en las que
anotó un total de 13 goles.
En la
temporada 33 recién cumplidos los 18 años, cuando el entrenador
polaco comenzó a desarrollar su táctica de ataque como santo y seña
del equipo, ascendió al primer equipo junto a otros jóvenes
llamados a convertirse en grandes figuras como Winifredo Martínez
Saenz y Alejandro Ordoñez, uno de los canteranos mejor pagados en su
traspaso. En el primer equipo se reencontró con jugadores clave del
juvenil como el cancerbero Marcos Calveras o el mito del mediocampo
Juan Gilbert junto a los que forjaría un equipo campeón.
A su
llegada vivió las históricas 6 temporadas consecutivas de dominio
goleador del inigualable central y rematador a balón parado Kosinski
quien se convirtió una tras otra en el máximo anotador del equipo,
inclyendo sendos Pichichis en VIII y VII.
Tras este último, en la
siguiente temporada 39, Ibai tomó su testigo y se convirtió por
primera vez en el máximo anotador del equipo. Hito que repetiría
más tarde en otras dos ocasiones (temporada 42 en que se fue hasta
los 12 goles y en la 47) devolviendo a los delanteros el entorchado.
En su
carrera nada menos que 4 hattricks todos ellos en liga, uno de los
cuales con 4 tantos y un total de nada menos que 96 goles en el momento de su
retirada, lo que le convierte en el Tercer anotador histórico del
equipo junto a su ídolo Kosinski y tras el mítico e inalcanzable Marsá (110). Siendo
además el máximo goleador histórico en Partidos Amistoso con 42
goles y máximo anotador en Copa, junto al veterano Fortuny, con 9.
Su
brillante juego le granjeó puntuaciones máximas de 9,5 estrellas en
numerosas ocasiones. La última en la temporada pasada, precisamente
en la goleada al magnífico Zumo de Piña.
Él abrió
la puerta del primer equipo a una primera generación de geniales
delanteros como Zuleta o Carlos Ríos, (que se convertiría en el canterano
jugador de campo más caro vendido en su momento) que cimentaron el
estilo atacante y despiadado que hizo famoso a Falkis durante estos
años.
Su amistad con Zuleta, (“las 2 Zetas de Falkis”), les convirtió en
una pareja perfectamente compenetrada y que ha dado muchos goles al
club.
Posteriormente
tuteló, como en su momento hicieran los ilustres veteranos Koch o
Marsá con él, a los más jóvenes delanteros llegados en al segunda
hornada, como Bernabeu, Molins o Gomilla que a la postre se
convirtieron en los titulares que le acabaron desplazando.
Con casi 33
años y viendo que su participación en el equipo había llegado a su
final, se ofreció una vez más por bien de su equipo de toda la
vida, como traspaso salvador cuando el club a finales de la temporada
46 necesitó ingresos extras, aceptando un traspaso al REDE Fc
argentino, sin duda influenciado por los deseos de su mujer, la
maravillosa modelo argentina Valezza Maria, de volver a su tierra.
Gran
jugador, mejor persona y con espíritu de equipo y una amor
inconmensurable por los colores de Falkis es una de los más grandes
jugadores que el Club ha tenido y sin duda en el momento de su marcha
el más fiel y brillante canterano.
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